El próximo domingo 2 de diciembre, el PSOE ha organizado un homenaje a
Felipe González con motivo de la conmemoración del 30 aniversario de su llegada
a la presidencia del gobierno de España. Sin duda una fecha emblemática, que
merece la pena recordar.
Admito que nunca he votado a Felipe González, ni siquiera en los años
en que forme parte de su Administración. Es mas, el 28 de octubre de 1982 (ya
lo he comentado de refilón en algún post), mientras la mayoría del pueblo
español celebraba con gran alegría el triunfo arrollador del PSOE, yo estaba
totalmente desmoralizado en la sede del PCE de la calle Santísima Trinidad
asistiendo al casi funeral de mi partido con un pequeño puñado de dirigentes,
cuadros y militantes, afines a Santiago Carrillo.
Aun y así, tengo que reconocer que Felipe ha sido el gobernante de la
izquierda que mas ha contribuido a cambiar la realidad de nuestro país; para
bien y para mal.
Conocí a Felipe en el juicio a los despedidos en la huelga de Fasa
Renault de Valladolid en 1974. Se acababa de celebrar el decisivo congreso
socialista de Suresnes, y Felipe-“Isidoro” habia sido elegido su Secretario
General. El PSOE lo estaba presentando y promocionando ante la sociedad
española y aprovechando su condición de abogado laboralista lo incluyo entre
los defensores del juicio de la FASA. La mayoría de los abogados éramos de CCOO
y del PCE o de otros grupos izquierdistas que tenían una cierra fuerza en
aquella fábrica. Felipe no se sentía cómodo, al no estar acostumbrado a esos
macrojuicios colectivos, un tanto caóticos. Se movía mejor Leopoldo Torres, un eminente y combativo abogado socialista, que
me llevo y trajo en coche desde Madrid. Estoy seguro que a ninguno de los que
estábamos allí se nos paso por la cabeza lo que iba a suponer y representar
Felipe-Isidoro en el futuro de España.
Después, por mi trabajo en CCOO y en el PCE y mas tarde como Director
General con Matilde Fernández y Cristina Alberdi (bien distinta a la de hora,
por cierto), tuve ocasión de participar en algunas reuniones con el. Felipe ya
era otro y, sinceramente, impactaba.
En estos días es posible que se hagan balances de su gestión. Es
difícil hacerlo sin caer en el subjetivismo. Hay muchos errores en la balanza:
las políticas fiscales, la tolerancia con la jerarquía eclesiástica, el referéndum
de la OTAN, el papel de sus poderosos y socialiberales Ministros de Economía y
Hacienda, los duros procesos de reconversión industrial, la paulatina
flexibilización del mercado laboral, la manipulación de RTVE, la guerra sucia
contra el terrorismo, la permisividad con la corrupción en sus filas…..
Pero que duda cabe que también Felipe y su equipo tenían un modelo socialdemócrata,
que a trancas y barrancas, con todas sus limitaciones, fueron poniendo en
marcha. La ley general de Sanidad, la decisiva aunque mal financiada reforma
educativa, el fortalecimiento del sistema de pensiones, la modernización de las
administraciones publicas, la consolidación del estado autonómico, el cierto
impulso a los servicios sociales para mayores y personas con discapacidad, el
desarrollo de las infraestructuras publicas….etc. Son hitos en el cambio social
y económico de nuestro país que nunca hubiera realizado ni la UCD ni Alianza
Popular/Partido Popular.
Junto a todo ello, Felipe aposto por la plena incorporación de España a
la Unión Europea, por la democratización de un ejercito con hondas raíces
franquistas y por la cultura de la negociación social con los sindicatos y
empresarios.
La izquierda comunista y los sindicatos fuimos con frecuencia muy críticos
e incluso agresivos con el. Motivos dio. Felipe a menudo prefirió pactar con la
derecha nacionalista o con AP/PP que con su izquierda. Tuvo momentos de ruptura
del dialogo social, lo que fue respondido con numerosas movilizaciones,
incluyendo una huelga general total. Genero una profunda división en las filas
progresistas con el referéndum de la OTAN.
Pero visto con una cierta distancia temporal, también nosotros nos
equivocamos y a veces fuimos injustos en nuestras apreciaciones y actitudes. P.e.
con la reforma de la seguridad social de 1985, que en mi opinión, vista 25 años
después, contribuyo a consolidar la Seguridad Social.
En definitiva creo que es razonable concluir que la balanza de sus años
de gobierno globalmente fue positiva, aunque a ello también contribuyo los
muchos empujones que le estuvimos dando desde su izquierda para que avanzara más
y más deprisa.
En todo caso, a la vista de cómo esta hoy el patio, añoro sobre todo a
algunos de sus ministros, socialdemócratas consecuentes y ojala hoy el PSOE
tuviera en su ejecutiva un puñado de dirigentes como los que formaron parte de
los gobiernos de Felipe en aquellos años. Agradezco que mis amigos del PSOE me
hayan invitado al homenaje; no iré, pero reconozco que lo tiene merecido.
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