El sistema de la Seguridad Social es el ámbito de nuestro limitado Estado de Bienestar Social mas solido y mejor gestionado, a pesar de sus carencias. Entre sus diversos enemigos, ocupa un lugar preferente la derecha nacionalista, que lleva muchos años exigiendo la ruptura de su carácter estatal (lo que se denomina caja única de ingresos y gastos) y que se transfiera a las 17 Comunidades Autónomas. No lo han conseguido. Hasta ahora. Pero en el juego de transacciones políticas entre un gobierno sin mayoría parlamentaria y los diversos grupos políticos, el gobierno ha pactado con CIU la negociación del traspaso del patrimonio de los centros sanitarios de la Seguridad Social. Es un primer paso peligrosisimo para la ruptura de esa Caja Única, instrumento decisivo par la solidaridad interterritorial entre todos los trabajadores de nuestro país. La exigencia de la derecha nacionalista no es para ampliar las prestaciones de la seguridad social o de la sanidad. Ni mucho menos. Lo que se pretende es por un lado sanear los deficits presupuestarios de las finanzas autonómicas, incorporando a sus balances el valor del patrimonio de los centros sanitarios y en segundo lugar, y a medio plazo, tener la posibilidad de disponer de ese patrimonio para si es necesario mejorar los ingresos autonómicos. Un patrimonio de los trabajadores españoles que se ha construido durante decenios a través de sus cotizaciones y que podría dilapidarse en función de los intereses de las administraciones autonómicas, dominadas hoy, no lo olvidemos, por el PP y las derechas regionalistas y nacionalistas. A los mismos que se rasgan las vestiduras porque BILDU quita la fotografía del Rey en el Ayuntamiento de San Sebastian, les importa un bledo hacer concesiones vergonzosas a esa derecha nacionalista. Si el precio para mantener el gobierno hasta marzo del 2012 son apaños como este, lo mejor es que cuanto antes disuelvan las Cortes y convoquen elecciones.
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