Hacía falta una puesta a punto de la
columna vertebral del Sindicato. El Congreso de CCOO fue hace tan solo un año,
pero es como si hubieran pasado diez.
Las continuas movilizaciones realizadas,
alguna de ellas, como la ultima en Madrid el pasado 3 de abril con una
asistencia limitada y con los compañeros de UGT a los que por lo visto “se les
olvido ir”; las expectativas de un posible inicio de concertación social, con
la convocatoria del Presidente del Gobierno cuatro días antes de la marcha del
22-M, que no todo el mundo ha entendido o compartido; la incesante agresión de
la mayoría de los medios de comunicación a los sindicatos de clase, con el
indudable desgaste que esta suponiendo; el goteo de medidas de la Jueza Alaya en una evidente
clave ideológica, mas allá de los errores y fallos cometidos por los
sindicatos; la profunda restructuración organizativa que esta viviendo CCOO en
los últimos meses; las posibles tentaciones de recluirnos en los centros de
trabajo hasta que vaya pasando el temporal o de confundir el reforzamiento de
nuestra presencia en los centros de trabajo con un repliegue de nuestra acción
general ante el protagonismo creciente de otros actores o movimientos sociales…etc.
configuran un terreno nada fácil para el desarrollo del trabajo sindical.
El primer Encuentro de Secciones
Sindicales de CCOO ha reunido el pasado fin de semana a 2.500 cuadros
procedentes en su inmensa mayoría de los centros de trabajo, los que día a día
se baten el cobre en la defensa de los derechos de sus compañeras y compañeros.
Reconozco que salí de la reunión como si
me hubieran puesto una inyección de adrenalina en vena y me hubieran dado de
beber un zumo de vitaminas concentradas y creo que como yo el resto de los
asistentes.
Llevo muchos, muchísimos años,
asistiendo a actos del Sindicato, a todos los niveles y en todos los lugares y
la verdad es que en el del sábado había much@s mas compañer@s que no conocía
que a l@s que conocía. Buenísima señal de renovación y sobre todo de presencia
de savia nueva. La edad media estaba visiblemente por debajo de los 40 años.
Hubo intervenciones de quienes tenían seguramente menos de 30 años, que
levantaban una y otra vez a los asistentes de sus butacas. Y lo más importante,
es que eran intervenciones que reflejaban, conocimiento, experiencia, ideas y
entusiasmo. Lo resumió muy bien Toxo: “aquí hay banquillo”.
Pero siendo un acto de autoafirmación,
no fue ni autocomplaciente ni de imagen, ni de autoagitación. L@s compañer@s
pusieron de relieve lo complicado que lo tienen, la dureza de las patronales,
los efectos de los recortes en las administraciones públicas, la caída de la
afiliación sindical, el miedo a las represalias de la empresa, lo complicado
que resulta la acción sindical en las pequeñas y medianas empresas, que son la
inmensa mayoría de nuestro país, la necesidad de extender la presencia sindical
en estas PYMES, la importancia de la lucha frente a la discriminación contra
las trabajadoras, la prioridad de llegar a los jóvenes….
Junto a todas esas difíciles tareas en
los centros de trabajo, quienes tomaron la palabra defendieron el papel de CCOO
en la sociedad, de la dimensión sociopolítica del sindicalismo de clase, del
impulso y difusión de nuestras propuestas y alternativas, de reforzar las
amplias alianzas sociales que hemos ido tejiendo en los últimos años, de la
plena vigencia del binomio movilización y negociación.
Y un dato significativo, no se olvidaron
los retos que como ciudadan@s tenemos en los próximos meses: la importancia
decisiva de las elecciones europeas para cambiar las políticas de la Unión Europea , el
llamamiento de ir a votar el 25 de mayo, porque los derechos cada vez más se
ganan o se pierden en las instituciones europeas.
Todos salimos con las pilas puestas,
pero sin engañarnos. Como muy bien dijo una interviniente “si los sindicalistas
no tuvimos miedo para entrar a luchar en las oscuras minas del siglo XIX, no
nos vamos a arrugar para defender hoy nuestros derechos”. O como recordaron
otros, sin los trabajadores y en primer termino, sin CCOO, no hubiera sido
posible la consecución de la democracia en España y fue esa lucha del
movimiento obrero, en condiciones mucho mas difíciles que hoy, la que
posibilitó el acceso a la libertad y a la construcción de una sociedad moderna
y con derechos sociales.
Lloverán chuzos, pero las mujeres y los
hombres de CCOO, que vienen de lejos, seguirán estando presentes, inasequibles
al desaliento.
Lo dicho. Una buena “puesta a punto”.
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