miércoles, 12 de junio de 2013

DEL VASO DE LECHE DE SALVADOR ALLENDE AL BOCADILLO DE GRIÑAN




Cuando Salvador Allende ganó las elecciones en Chile, una de las actuaciones mas impactantes del gobierno de la Unidad Popular fue entregar en las escuelas un vaso de leche diaria a todos los niños. Medida que de una u otra forma fue seguida en décadas posteriores por otros gobiernos iberoamericanos.

¿Quién nos iba a decir a nosotros hace 40 años, que un día un gobierno regional en España iba a entregar bocadillos a varias decenas de miles de niños con riesgo de desnutrición?

La iniciativa del gobierno andaluz del socialista Pepe Griñan de entregar en torno a 40.000 bocadillos diarios a escolares, va a ser seguida, con unas u otras formulas por otros gobiernos autonómicos. Caritas y otras organizaciones solidarias están intensificando la entrega de comidas y ayudas para comprarlas. Los bancos de alimentos se multiplican y hasta los propios sindicatos se están involucrando en ellos.

Ya no estamos hablando de caída de los ingresos, de dificultades para llegar a fin de mes o para pagar las letras o la hipoteca, de reducir las vacaciones, de bajar el consumo o la calidad de vida. Estamos hablando de desnutrición e incluso de hambre.

Nuestro estado de bienestar social no esta preparado para afrontar una crisis de alta intensidad y larga duración. Las prestaciones por desempleo tienen un límite y están pensadas para situaciones de paro temporal. Las rentas de inserción social de las Comunidades Autónomas, están diseñadas  para las situaciones de pobreza y marginación tradicionales y tienen una dotación presupuestaria muy insuficiente. Las rentas activas de inserción y el llamado Plan prepara no pueden hacer frente a las demandas de centenares de miles de personas en paro que han agotado sus prestaciones. Según el Instituto Nacional de Estadística hay alrededor de 630.000 hogares españoles sin ingresos del trabajo ni prestaciones sociales públicas.

Hasta ahora el gobierno del estado ha delegado en las organizaciones solidarias que hagan frente a esta situación de autentica emergencia, pero atemorizado por la troika no parece estar dispuesto a tomar medidas de urgencia. Desde los sindicatos y desde numerosas ONGS se lleva meses pidiendo que se establezca un sistema de rentas mínimas que pueda paliar las situaciones de mayor necesidad, empezando por esos 630.000 hogares sin ingresos.

Establecer en España un sistema estatal de rentas mínimas puede llegar a costar, cuando estuviera en pleno funcionamiento, en un plazo de dos o tres años, en torno a 3.000 millones de euros. Sin duda es dinero, no voy a frivolizar al respecto. Pero hay de donde sacarlo y para no recurrir a las propuestas de siempre, doy una menos conocida, aunque sin duda difícil políticamente hablando.

En torno a 400 grandes empresas españolas, y desde luego todas las que cotizan en el IBEX 35, realizan ingeniería fiscal para que una parte de sus beneficios se trasladen y computen en países con baja presión impositiva y en cambio siguen declarando sus gastos en España. Esta es la punta del iceberg de una evasión fiscal, hoy por hoy más o menos legal, que entre cosas explica, que aunque el tipo impositivo a las empresas españolas sea el 30%, el real sea del 5%.

Los ingresos estimados, si se quisiera reducir esta práctica empresarial, previa modificación normativa, se sitúan en torno a los 30.000 millones de euros anuales. Solo con el 10% de esos nuevos ingresos se podría paliar las situaciones de mayor necesidad de nuestro país mediante un nuevo sistema de rentas minimas.

Si no se quiere hacer, seguiremos conviviendo con esa realidad de tener que dar bocadillos a los niños para que puedan comer tres veces al día. Una autentica vergüenza.














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