Había quienes pensaban que el 10º Congreso de CCOO, celebrado este fin
de semana, iba a ser plano y sin especial aliciente, porque asimilan interés
con bronca interna. Efectivamente no ha habido posiciones enfrentadas ni
candidaturas alternativas, en ese aspecto ha sido uno de los Congresos más
tranquilos en la historia de un sindicato muy plural y muy acostumbrado a
fuertes polémicas.
Que esto haya sido así, no significa que haya sido un Congreso de
tramite; aunque también hay que decir que la segunda y la ultima de las intervenciones
de Ignacio F.Toxo han sido con diferencia las mas autocríticas, las que han
aportado mas ideas y mas han removido las aguas, frente a bastantes otros
dirigentes excesivamente autocomplacientes y triunfalistas.
Resumiendo: Toxo le ha puesto las pilas a CCOO para que aborde
importantes medidas de renovación y de cambio en su práctica sindical, interna
y externa y en segundo lugar ha centrado la estrategia frente a la crisis,
poniendo el acento en la negociación.
Toxo no ha eludido las disfunciones y malas practicas que tenemos en
nuestro trabajo, y desde luego no ha echado la culpa al empedrado sobre la mala
imagen de los sindicatos en la sociedad española y el alejamiento y las duras
criticas que amplios sectores populares tienen hacia los sindicatos. Ha trazado
toda una serie de propuestas de mejora organizativa, de austeridad, de optimización
de los recursos, de solidaridad de las grandes organizaciones con las pequeñas,
de una mayor y mas efectiva dedicación y
presencia en las pequeñas empresas, de pasar de los slogans a planes concretos
para mejorar la relación con los trabajadores, de incrementar la transparencia….
Y no es que Toxo “haya regañado” a los 750 delegados presentes, pero consciente
de cómo están las cosas y de que no podemos seguir así, les ha conminado con claridad
a renovar y cambiar y ya: todas las propuestas que ha puesto encima de la mesa
son para el presente año 2013.
Por otra parte en este Congreso apenas ha habido criticas de enjundia
“desde la izquierda del Sindicato”, lo que tradicionalmente se ha conocido por
“los críticos”. La verdad es que con tres huelgas generales e innumerables
manifestaciones, Toxo ha sido el Secretario General de CCOO que más
movilizaciones ha impulsado en un solo mandato. Y también el discurso ha sido
rotundo, si hay algo desequilibrado en
el binomio movilización-negociación, esto ha sido la negociación, aunque ello
se haya debido en buena medida por la actitud de gobiernos y patronales. Pero
el sindicalismo no puede ofrecer a los trabajadores como único horizonte frente
a la crisis huelga tras huelga, manifestación tras manifestación. Hay que
conseguir cosas tangibles, esa es la esencia del sindicalismo, porque de lo
contrario terminaremos por perder el apoyo de la clase trabajadora y
caminaremos hacia un peligroso y minoritario radicalismo y mas allá, en un puro
antisistema que termine cuestionando por activa o por pasiva la democracia.
En su discurso de clausura, muy alejado del mitin radical, lleno de
lugares comunes, de la Secretaria General de la Confederación Sindical
Internacional que le ha precedido en el uso de la palabra, se ha hartado de
hacer llamamientos a la negociación, a emplazar a los gobiernos, al central, a
los autonómicos, a la Unión Europea, a abrir espacios de negociación para
abordar otra política frente a la crisis. Delante de él estaba la Ministra de
Empleo, Fátima Bañez, que ojala haya tomado buena nota de la voluntad tan
positiva del discurso de Toxo, que también le ha mandado el mensaje de que sin
resolver el grave deterioro político e institucional que estamos viviendo en
España, no habrá gobierno capaz de afrontar la crisis.
De pasada, aunque conociéndole no creo que lo haya hecho sin clara intención,
Toxo hizo en su segunda intervención una muy acertada reflexión sobre la evolución
centrifuga de una parte de la izquierda española (pensando en el PCE y en IU)
que por su incapacidad para respetar y articular la diversidad de una España
plural ha terminado por favorecer la aparición de muchas cabezas de ratón. Lo
que no ha sucedido con el sindicalismo de clase, que ha sabido hacer cómoda la
convivencia en dos grandes sindicatos de las distintas sensibilidades
territoriales e ideológicas de la mayoría de los trabajadores. Algo sobre lo
que debería reflexionar a fondo el reino de taifas de la izquierda alternativa
de nuestro país….
En conclusión, dos mensajes centrales salen de este Congreso: tenemos
que mejorar mucho y rápido nuestro funcionamiento como organización, tenemos
que conseguir una negociación con los poderes públicos para avanzar en una política
efectiva de salida a la crisis, con empleo, con protección social, con
solidaridad, innovación y productividad.
Ahora hay que ponerse a ello; esperemos que seamos capaces de hacer los
deberes.
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