¿Quién nos iba a decir que fuéramos a echar de menos a José María
Cuevas, aquel funcionario del sindicato vertical franquista que durante casi
tres décadas presidio la CEOE? Y no es que Cuevas, buen amigo y buen apoyo de José
María Aznar, fuera un modelo de moderación y discreción, aunque con el paso de
los años fue limando su discurso, seguramente influido por la moderación de los
propios dirigentes sindicales.
Ya sabemos lo que pasó con Díaz Ferran, el sucesor de Cuevas. Y ahora
tenemos a un empresario, Rosell, que por proceder de Cataluña, tenia una cierta
fama de ser una persona razonable, del estilo de Ferrer Salat (el primer
presidente de la CEOE, tan deportista, pulcro y moderno, pero que se fue a
Estados Unidos a quejarse de que Adolfo Suárez quería instaurar en España el
modelo castrista). Y es que no hay manera, en cuanto se descuidan les sale la
garra de lobo debajo de la piel de cordero.
Rosell, al descalificar de forma despectiva las Encuestas de Población
Activa del Instituto Nacional de Estadística (presidido por una persona de la
confianza del gobierno), que se hacen con un escenario de nada menos que 65.000 familias entrevistadas, se comporta
como un ignorante, porque no solamente se trata de una encuesta avalada
técnicamente por los organismos europeos, sino que, además, cualquiera que
tenga una minima información en esta materia sabe que a partir de 3.000/5.000
encuestados la fiabilidad es casi absoluta y el margen de error insignificante.
Pues nada, seguimos con la cantinela de los últimos 35 años de que aquí
no hay mucho paro y que los que están parados es porque no quieren trabajar.
Pero claro, qué vamos a esperar de una cúpula patronal que solo sabe enfrentar
la crisis económica con despidos más baratos, mayor flexibilidad para imponer
leoninas condiciones de trabajo y subvenciones y desgravaciones para así hacer más
competitiva la actividad empresarial.
Y no contento con atacar al INE y a los parados, arremete con otra
sarta de zafios lugares comunes contra el personal funcionario, diciendo “que
hay grasa en todas partes” y proponiendo mandarlos a casa para que no gasten en
papel y teléfono…. Lo dice precisamente el sucesor de un mafioso, del que
todavía no le hemos oido a Rosell hacer una critica o condena.
Eso es todo lo que se le ocurre. Y lo justifica en que es bueno abrir
debates públicos. Quizás podría haberse documentado un poco mas y enterarse que
en materia de función publica, España esta muy por detrás de los países del
norte y centro de Europa, precisamente los estados que mejor están aguantando
la crisis económica y que tienen una mayor productividad (y por cierto mucha
mayor presión fiscal).
Pero no, el modelo de Rosell no es Dinamarca, ni Suecia, ni Austria, ni
Alemania; el modelo es Eurovegas: desregulación laboral, subvenciones,
beneficios fiscales, actividades sin ninguna capacidad de competir en el mundo
globalizado (salvo que quiera competir en prostitución, drogas y mafias del
juego).
Da la impresión de que esa es su alternativa a la crisis: un país sin
funcionarios y con casinos.
Luego hay quien se queja de los sindicatos de clase. Si es que con esta
CEOE, ¿a donde vamos a ir?
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