Sé que musicalmente no es muy correcto
decirlo, pero reconozco que David Bowie tardó mucho en gustarme. A pesar de las
generalizadas buenas criticas que recibieron sus primeros discos, en especial
desde “The man who sold the world”, a mi no me convencían. Hasta que a finales
de 1973 publicó “Pin ups”, su ya octavo
lp.
Curiosamente “Pin-ups”, es un disco
exclusivamente de versiones de canciones de la segunda mitad de los años 60 y
en especial de grupos de rock británicos (Pink Floyd, Merseys, Who, Yardbirds…)
o de los irlandeses Them y los australianos Easybeats. Hasta esta grabación,
Bowie se había caracterizado por ser el compositor de todas las canciones de sus
discos anteriores y este cambio de registro sorprendió y mucho a sus
seguidores, aunque ninguno pudo dudar del exquisito gusto que reveló David a la
hora de hacer la selección de sus versiones.
Ya no recuerdo cual fue la primera canción
que escuché de este nuevo disco de Bowie, seguramente en el programa “Caravana/Vuelo
605” de Ángel
Álvarez, pero desde luego me entusiasmó tanto, que me decidí a comprar el
disco. Me fui a Mr. Peabody, una tienda de discos cerca de la casa de mis
padres, de total confianza; lo escuché y coincidí con el dueño de la tienda en
que era un discazo. Y me lo compré, aunque en mi caso no eran aquellos tiempos de holgura
económica. No me arrepentí. Durante meses fue un lp oído y vuelto a oír, siempre encantado.
No era para menos. Bowie se rodeó, entre
otros músicos, del gran Mick Ronson, que
además de tocar la guitarra y piano hacía las funciones de arreglista, Aynsley
Dunbar a la batería, Ron Wood, guitarra,
Mike Garson a los teclados y el propio Bowie a la guitarra, teclados, armónica,
saxos.
40 años después, el disco sigue sonando
de maravilla.
Bowie, a pesar del éxito de este disco que
llegó al numero 23 de ventas en Estados Unidos, solo superado hasta entonces
por su lp “Space Oddity” que había alcanzado el 16, volvió a su estilo de música
vanguardista y sofisticada y siguió sin interesarme demasiado, hasta que en 1983
apareció “Let’s dance”, una potentisima grabación de música disco-dance
evolucionada, que tuvo malas criticas, pero magnificas ventas y que hacía
estragos en las noches de Rock-ola.
Ya de mayor y tras un serio esfuerzo de
escucharlo y escucharlo, he llegado a
valorar mucho más e incluso me han llegado a gustar los lps de Bowie de su
primera época y de los años 70, pero me sigo quedando con este “Pin Ups” y el
posterior “Let´s dance”.
He bajado tres de los mejores momentos
del “Pin Ups”: la versión de la gran canción de The Easybeats, “Friday on my
mind”, la de “Sorrow” de The Merseys y
“Here comes the night”, que llevaron al triunfo los irlandeses Them.
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