La presentación de la moción de censura
por parte del PSOE al actual gobierno del PP en Extremadura, merece una reflexión
sosegada y con visión no meramente localista.
La decisión socialista es evidente que tiene
una intencionalidad marcadamente electoral. Pase lo que pase, ganen o pierdan,
los socialistas quedan bien, todo ello en medio de una campaña para las
elecciones europeas bastante anodina en general. De paso ponen en un brete a
IU, tanto en Extremadura como en el conjunto de España, porque así mismo, haga
lo que haga IU, votar en contra, abstenerse o apoyarla, van a salir tocados,
aunque mucho mas en las dos primeras opciones que en la tercera. Se podrá
calificar, por tanto, de oportunista, la iniciativa del PSOE, pero es evidente
que las fuerzas políticas juegan sus bazas con sentido de la oportunidad.
Personalmente me pareció una barbaridad política
el apoyo tácito que IU de Extremadura dio ahora hace tres años al PP extremeño,
permitiéndole llegar al gobierno; posición que como todos recordamos contó con
la oposición nítida de IU a nivel estatal y de una minoría de la propia
organización extremeña.
Desconozco cual es la valoración que
hacen en la actualidad la mayoría de IU de Extremadura sobre los tres años de
gobierno del PP. Es evidente que Morago, Presidente del Gobierno Extremeño, ha
ido relativamente por libre y se ha desmarcado de manera ostentosa de algunas
de las iniciativas o actitudes mas reaccionarias del Gobierno de Rajoy; de ahí que algunos hasta le hayan llegado a
llamar con una mas que evidente exageración “El Barón Rojo del PP”.
También su gobierno ha adoptado algunas
medidas de índole progresista como es la aprobación de la Renta Minima Garantizada,
aunque habría mucho que hablar de su efectiva aplicación; igualmente los presupuestos
de la Junta de
Extremadura en estos tres años, han tenido menos recortes que en otras
Comunidades. Es muy posible que todos esos gestos moderados de Morago sean
debidos a la presión de IU y a la necesidad de seguir contando con su apoyo tácito.
La pregunta sería ¿estos gestos y actitudes del Gobierno de Extremadura son
suficientes para justificar y legitimar el apoyo tácito de IU? En mi opinión,
no.
Es verdad que el PSOE extremeño, sobre
todo bajo la batuta de Rodríguez Ibarra, dejó mucho que desear mientras gobernó
y tampoco se distinguió por sus políticas de izquierdas. Como también es verdad
que tradicionalmente mantuvo una actitud distante, cuando no altiva, con IU,
que a su vez no era muy dada a los matices y en algunas ocasiones adolecía de
radicalismo de brocha gorda.
Yo comprendo que para IU de Extremadura
pactar con el PSOE en el año 2011, les suponía tragarse unos cuantos sapos.
Pero por encima de ello, debería haber prevalecido el valor para Extremadura y
para España, de un acuerdo del conjunto de la izquierda, como después sucedió
muy acertadamente en Andalucía, donde las relaciones entre IU y PSOE tampoco habían
sido especialmente buenas. Es previsible que IU de Extremadura mantenga su
malestar con el PSOE porque, según dicen, ni siquiera les han informado o
consultado la moción de censura. También supongo que el PSOE no se fiaría de
que fueron rápidamente con el cuento a Morago.
Así las cosas y una vez la moción de
censura en marcha, ¿que se debería hacer? Creo que IU tendría que pensar y plantear las condiciones de su apoyo a la moción
y las exigencias para un posterior voto favorable a la investidura de un
candidato socialista. Abrir un debate serio en el seno de la izquierda
extremeña, sobre que es lo más conveniente para los intereses de la ciudadanía
extremeña, si mantener al PP en el gobierno o sustituirlo por un gobierno del
PSOE, con apoyo externo o en coalición con IU.
La clave de la posición de IU debe ser
la defensa de los intereses extremeños, pero no debe olvidar, ni mucho menos,
la enorme repercusión que su decisión va a tener en el conjunto de España y el
daño o beneficio que ello podría causar a IU en las elecciones del próximo 25
de mayo, pero también en las futuras elecciones autonómicas y locales.
IU debe ser consciente que si deciden
apostar por dejar a Morago en la
Presidencia de Extremadura, el PSOE no va a andarse por las
ramas, va a aprovechar a fondo la cuestión para reducir las perspectivas de IU.
Y esa es una espiral nefasta para la izquierda. Tanto Willy Meyer, Cayo Lara e
incluso Llamazares, al igual que los principales candidatos socialistas, están
haciendo una campaña con evidentes descalificaciones hacia sus competidores en
la izquierda, negando cualquier atisbo de entendimiento en el Parlamento Europeo
tras las elecciones. Es evidente que en las campañas electorales a menudo se
busca el cierre de filas, la sal gorda, el voto útil, etc. y que después las
cosas se pueden recomponer algo.
Pero en unos momentos en que estamos
viendo por un lado el incremento de la abstención y por otra la cierta recuperación
del voto al PP, andarnos en la izquierda con estos tortazos dialécticos no
anima precisamente a la gente progresista, tan desanimada, escéptica y
cabreada. Nos puede pasar lo de la fabula, liarnos a discutir si son galgos o
podencos y que al final gane el PP el 25 de mayo y después.
Por ello sería una irresponsabilidad que
el desenlace de la moción de censura socialista en Extremadura fuera un mayor
enfrentamiento en la izquierda.
El PSOE tiene que hacer una oferta de
profundo calado transformador para
lograr el apoyo de IU, y esta debe valorarlo con rigor y en su caso hacer
contrapropuestas “razonablemente asumibles”. Nos vendría a todos muy bien que
el 15 de mayo hubiera un cambio de gobierno en Extremadura y que se siguiera
por el camino, sin duda difícil y tenso pero positivo, de Andalucía.
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