domingo, 15 de diciembre de 2013

EL REFERENDUM DE ARTUR MAS SECUESTRA EL DEBATE POLITICO


En Europa se están debatiendo las características de la nueva sociedad que esta surgiendo tras la más profunda y larga crisis económica que hemos conocido en los últimos cien años. En el mundo se valoran los avances en el desarrollo económico internacional que ha supuesto la última Asamblea de la Organización Mundial del Comercio. La gente por ahí fuera esta pensando en los retos de la globalización a alta velocidad en la que estamos todos inmersos. Bueno, todos, no. Para los nacionalistas catalanes la globalizaron no va con ellos, tienen suficiente con preocuparse en como se cumplen sus sueños identitarios.

Mientras todos piensan en el futuro, ellos piensan en los agravios recibidos desde el año 1714 a manos de los colonizadores españoles, en lo que parece ser fue un país en el que no existían clases dominantes autóctonas, ni capitalismo ni alta burguesía local, ni nunca hubo falangistas, ni carlistas, ni existió la LLiga de Cambó, ni Lerroux, ….etc. Los malos eran todos madrileños.

Sin embargo, le guste o no a Artur Mas y a sus aliados, la unidad bancaria, el rediseño de las políticas de bienestar social, los intentos de control de la evasión de capitales y otras cuestiones decisivas, que en estos tiempos están en el centro de la actuación de las instituciones europeas, no van a tener en cuenta los teje manejes de la derecha nacionalista catalana y sus socios coyunturales.

Lo malo no es que el nacionalismo mire por el retrovisor mientras todos los demás miran con telescopios, lo malo es que con su propuesta de referéndum bloquea y secuestra los debates fundamentales que tiene que abordar la ciudadanía de Cataluña y del conjunto de España. La cuestión de la independencia catalana y del referéndum va a ocupar el centro de la política en los próximos meses. Peor bombazo contra la ciudadanía y en especial las clases trabajadoras y en particular contra las fuerzas políticas y sociales progresistas no se podía imaginar.

El protagonismo absoluto hoy y en los próximos meses  es de dos personas que no quieren bajo ningún concepto que se hable de las políticas sociales y económicas que están haciendo: Rajoy y Artur Mas. Todos los demás desaparecen de la escena o se convierten, más o menos a la fuerza, en meras comparsas de los dos dirigentes conservadores.

La desgracia es que esta obviedad no la perciban ni IC-V ni el sector nacionalista del PSC, que incapaces de hacer frente al tsunami nacionalista con ideas y propuestas propias, de defensa de los intereses populares y de los trabajadores, se suben al carro que conducen Artur Mas y Junquera, con la vana ilusión de que sus matices diferenciales sean recompensados electoralmente.

Y mas desgracia aun es que los dos sindicatos de clase, CCOO y UGT, de Cataluña, se hayan sumado a esa carrera hacia el pasado dejando en manos del neoliberalismo catalán los intereses de las clases trabajadoras,  sucumbiendo ideológicamente ante el nacionalismo y cediendo a la derecha nacionalista la hegemonía social en Cataluña y encima sin dar la batalla. Si llegaran a ser independientes, que no alberguen muchas esperanzas, se encontraran cara a cara y en solitario,  frente a un capitalismo avaricioso y corrupto, que ha dado muestras de ser aun peor que el conjunto del capitalismo español.

Estamos pagando muy caro la crisis y desaparición de los eurocomunistas catalanes, el PSUC, que en los años 60 y 70 fueron capaces de unir estrechamente la defensa de los trabajadores catalanes y la defensa de las libertades políticas del pueblo de Cataluña.

Cuando tendríamos que estar debatiendo a fondo la creación de empleo, la política fiscal, el gasto en I+D+I, los retos de la política educativa en relación con la competitividad, los efectos del envejecimiento en la distribución del gasto social…..etc. nos vamos a dedicar a darle vueltas a las dos preguntitas de marras, a la constitucionalidad o no del referéndum.

Supongo, que aunque inevitablemente este preocupado en cómo resolver el desafío nacionalista, Rajoy en el fondo prefiere polarizar la sociedad española en torno al referéndum, en lugar de la crisis y las perspectivas de salida de la misma. Sabe que en este terreno tiene muchas, muchísimas, posibilidades de recuperar millones de votos  perdidos por su política frente a la crisis. Rajoy va a aglutinar tras de él a todo el centralismo españolista, que no son pocos, va a correr una tupida cortina sobre su gestión de gobierno y además  va a conseguir el apoyo de mucha gente molesta con el órdago nacionalista. Es posible que en muy poco tiempo veamos remontar al PP en las encuestas.

A la izquierda nos coge con el pie cambiado. No digamos a la izquierda catalana que tendrá que buscar un lugar al sol entre el nacionalismo y Ciutadans y el PP. PSOE e IU tendremos que caminar por el filo de la navaja, entre la Escila del nacionalismo de Artur Mas y la Caribdis del inmovilismo centralista de Rajoy. No nos va a ser fácil tener un discurso propio, el de la reforma federal de España, de la actualización y mejora del diseño del Estado contemplado en nuestra Constitución. Y a la vez seguir dando la vara, todos y cada unos de los días, con la crisis económica y con las perspectivas de la España post-crisis que queremos.

Tenemos que desbaratar el bloqueo y secuestro que supone la propuesta del referéndum de Artur Mas y sus aliados coyunturales, tener voz propia y diferenciada. Y sin ir mas lejos, las ya muy cercanas elecciones al parlamento europeo es una magnifica ocasión de hablar del futuro, de hablar de Europa, de la sociedad post-crisis, de la globalización y no “del patio de mi casa que es particular”, sin olvidar  que, como bien dice la canción infantil, “cuando llueve y se moja, es como los demás”. En definitiva ser capaces de contrastar claramente la muy diferente propuesta de globalización que queremos la izquierda: la globalización de la solidaridad frente a la globalización del capital.


  

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