Tengo buena opinión del actual Lendakari
vasco, Iñigo Urkullu. Las tres o cuatro veces que le he oído me ha parecido un político
con ideas claras, algunas de las cuales
no comparto, una persona seria, nada demagogo y muy normal. Patxi López,
aunque a veces no le favorece un cierto tono chuleta, creo que es un político sólido,
que ha ido madurando con su paso por el gobierno del País Vasco y que tiene
claras raíces socialdemócratas.
Ambos políticos y sus partidos han sido
capaces de ponerse de acuerdo en un pacto económico y social para impulsar la recuperación
económica del País Vasco en los próximos años. Es una excelente noticia, en
unos tiempos en los que abunda la bronca entre los grupos políticos y a la que
no se le ha dado el relieve que sin duda tiene.
Es cierto que hay una larga tradición de
colaboración entre el PNV y el Partido Socialista Vasco, que con sus más y sus
menos se remonta a los años de la II Republica. También es verdad que al PNV se
encuentra en minoría parlamentaria y necesitaba de manera clara reforzar su
estabilidad gubernamental y con este Pacto se garantiza que durante el resto de
la legislatura no tendrá sobresaltos importantes.
Aun y así es muy significativo que en
este Pacto se acuerden medidas concretas que en algunos aspectos suponen forzar
el ideario político del PNV hace una concepción mas progresista en materia
fiscal o de intervención en la vida económica. En otras palabras es un acuerdo
para hacer una política moderadamente socialdemócrata. También es relevante el
compromiso de reformar el diseño político-administrativo de la Comunidad Autónoma,
incluyendo el papel de las Diputaciones Forales, ¡casi nada!, lo que muy
posiblemente genere fricciones importantes, por razones diametralmente
opuestas, con Bildu y con el PP.
Tan importante o mas que el contenido,
es el gesto político de que, en un momento en que el nacionalismo conservador catalán
esta pisando el acelerador (mas allá de lo que pueda estar negociando por
debajo de la mesa con el gobierno de Rajoy), el nacionalismo vasco decida ir
por otro camino. El PNV salio muy escaldado de la etapa de nacionalismo exacerbado
de Ibarretxe, que a la postre a quien más benefició fue a la izquierda abertzale.
Urkullu, a diferencia de Artur Mas, no parece querer competir con su izquierda
nacionalista y prefiere gobernar responsablemente y sacar al País Vasco de la
crisis, también a diferencia de CIU que solo quiere reforzar los aspectos
identitarios para camuflar su radical política de recortes neoliberales. Es una
sabia opción la de Urkullu, que le va a permitir mantener un espacio centrista
en el electorado vasco, marcando claras distancias con Bildu por un lado y el
PP por otro.
Por su parte Patxi López ha hecho un
ejercicio de responsabilidad política, pasando página a las duras críticas que recibió
del PNV cuando él gobernaba, también en precario.
Este acuerdo político nos hace recordar
el gobierno de coalición que mantuvieron los socialista y los nacionalistas
vascos hace mas de 25 años, que si bien favoreció mas al PNV que al PSE, permitió
la gobernanza y el avance en las políticas sociales del País Vasco, en una
etapa caracterizada por la brutales
acometidas del terrorismo de ETA.
El Pacto PNV-PSE, que no supone ni un
cheque en blanco al Gobierno Vasco ni dejar de lado la critica constructiva al
conjunto de sus políticas y seguramente tendrá momentos de tensión en su
aplicación, en todo caso debería ser un ejemplo a tener en cuenta como modelo
de relación civilizada y democrática entre las fuerzas parlamentarias, algo muy
lejos de la realidad que se respira en las Cortes Españolas.
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