Tenía preparado un post para este fin de
semana sobre el importante pacto PNV-PSOE en el País Vasco, pero la patética
rueda de prensa del equipo medico ¿habitual? en el Palacio de Zarzuela, me ha
provocado de manera irresistible.
Como la mayoría de la izquierda española
no soy monárquico, pero siguiendo los sabios consejos de Santiago Carrillo,
aceptamos la figura de Juan Carlos como rey constitucional e instrumento
decisivo para llevar la transición a buen puerto. Y fue un acierto. Durante
casi tres décadas, Juan Carlos cumplió su papel y su función, a pesar de
elementos oscuros en su ámbito privado, del sorprendente crecimiento de su
patrimonio, de algunas amistades peligrosas y
de ciertas meteduras de pata. ¿Pero
qué Jefe de Estado esta exento de esos agujeros negros? Así de pronto solo me
viene al recuerdo Giorgio Napolitano, antiguo comunista, actual Presidente de
Italia.
Sin embargo ¡que difícil resulta salir
con dignidad del protagonismo publico! Juan Carlos en los últimos años acumula
mas que suficientes razones de todo tipo para abdicar y además tiene un
heredero que, dentro del estrecho margen que le han dejado, ha dado probadas
muestras de preparación y sensatez. Pues nada, ahí tenemos a Juan Carlos aferrado
como una lapa a la corona, en dura competición con la Reina Isabel II de
Inglaterra, para ver quien tarda más en dejar reinar a su sucesor.
Lo que resulta inconcebible es que las
personas monárquicas sensatas e influyentes, que sin duda las hay, no le digan a Juan Carlos que así no puede seguir.
Que dando traspiés físicos y políticos, cada día mas acartonado mentalmente, no
puede seguir desempeñando con normalidad sus funciones constitucionales. ¿O es
que el entorno de la Zarzuela, incluyendo la Reina ausente, quiere repetir con
Juan Carlos el terrible espectáculo del declive físico y mental de Franco?
¿Quieren brindarnos las comparecencias del “equipo medico habitual”? Felipe de Borbón
tendría que decirles a su padre y a su lejana y distante madre, que hasta aquí
hemos llegado, como el propio Juan Carlos se lo dijo a su padre Juan de Borbón.
El agarrarse al cargo sería
melodramáticamente patético y podríamos despacharlo con una frase “así son los
Reyes” o más casera “así son los Borbones”. Pero la cosa no tiene ninguna
gracia. Ya es evidente el desgaste, seguramente irreparable, de la persona de
Juan Carlos, dilapidando el capital político acumulado, pero ese deterioro esta
alcanzando a la institución monárquica y por si tuviéramos pocos problemas en
España, la terquedad de Juan Carlos nos esta preparando un conflicto añadido,
como es el amplio cuestionamiento de la monarquía.
¿Es bueno para nuestro país y para la
izquierda que de una vez se termine con la monarquía y se de paso a la III
Republica? Ya digo, soy republicano, pero no ingenuo y posiblemente el
presidente de la III Republica será una persona de la derecha, en el mejor de
los casos de centro derecha y solo milagrosamente de centro izquierda. ¿Os imagináis
a los madrileños con Alcaldesa, Presidente Autonómico, Presidente del Gobierno
y Presidente de la Republica, todos del PP? Me voy a Chile con mi nieta.
¿Quiere esto decir que es preferible
seguir con una institución tan obsoleta como la monarquía por temor a una
Republica escorada a la derecha? Sinceramente no tengo una respuesta inequívoca.
Pero entre Felipe de Borbón y José María Aznar no tengo la menor duda. Incluso
tendría algunas dudas entre Felipe de Borbón y Felipe González.
No nos podemos quejar: crisis económica,
corrupción, desprestigio de la clase política, de las instituciones, de la
patronal y de los sindicatos,
crecimiento del independentismo en Cataluña y un Rey Lapa…..Menos mal que el
Papa Francisco dice que el nunca ha sido de derechas y parece que es verdad (escribiré
de esto la semana que viene).
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