miércoles, 22 de mayo de 2013

BIPARTIDISMO: PODEMOS TERMINAR CON EL





La sociedad española nunca ha sido bipartidista. Ni siquiera en los momentos de mayor concentración de poder político en dos partidos, 1977, 1982, 2011. Lo que sucede es que tenemos un sistema electoral que al menos en 40 de las 50 provincias fomenta el bipartidismo.

Es cierto que ha habido gran interés desde los poderes económicos, mediáticos y por supuesto de los dos partidos mayoritarios en propiciar ese bipartidismo. En los primeros años de la democracia para reducir la representación política  de los comunistas y posteriormente para rebajar la influencia de los partidos nacionalistas. La negativa tajante de reformar la injusta ley electoral es una buena muestra de ello. En este sentido conviene recordar el reiterado incumplimiento de las promesas que diversos  gobiernos socialistas, en el Estado y en algunas Comunidades Autónomas, han venido haciendo en las dos ultimas décadas a IU, sin que después hayan movido un dedo al respecto. El caso más sangrante lo tuvimos en la primera legislatura de Rodríguez Zapatero que engaño a Gaspar Llamazares prometiendo la reforma de la Ley electoral como uno de los señuelos para que IU votase a favor de su candidatura.

A pesar de los cantos a favor del bipartidismo que durante tantos años hemos oído, las ventajas no solo no aparecen por ninguna parte, sino que además se restringe el derecho a la influencia política de una parte de la población que sufre esa infrarepresentación parlamentaria. Y hoy más que nunca ese bipartidismo esta en crisis, incluso en Estados que en el pasado tuvieron un fuerte perfil bipartidista: Reino Unido, Alemania, Austria o Dinamarca son los ejemplos más claros.

Pero si la consolidación del bipartidismo en España era un espejismo, su anunciada desaparición electoral a raíz de las últimas encuestas también podría dar lugar a otro espejismo.

Seguimos con una ley electoral que en la gran mayoría de las  provincias en la práctica no permite la elección de diputados de más de dos partidos. ¿Pensamos que en Castilla León, Castilla La Mancha, Extremadura, Rioja, Cantabria, Baleares, la mayoría de las provincias Andaluzas, Gallegas o Catalanas…etc., la segunda fuerza electoral va a ser IU o las coaliciones del estilo de IU?. Porque esa sería la vía mas real de romper a fondo la actual hegemonía parlamentaria de los dos grandes partidos.

Es cierto que en estos momentos la diferencia en las encuestas entre PSOE e IU es la menor de toda la historia de la democracia. Pero debemos preguntarnos si esas preferencias de voto que hoy reflejan las encuestas se van a mantener el día en que vayamos a echar la papeleta en la urna.

¿Es posible que la dinámica de los acontecimientos políticos pueda provocar una hecatombe sin paliativos en el PSOE y convertirle en la tercera fuerza política de nuestro país? Personalmente lo dudo. Hay mucho votante socialista defraudado, es verdad,  pero de ahí a coger la papeleta de IU (que no olvidemos para una parte del electorado tradicional socialista siguen siendo los comunistas, y muchos intereses se encargan de repetirlo machaconamente) hay un largo trecho. Por otra parte en las campañas electorales la maquinaria electoral del PSOE y su presencia en los medios de comunicación es muy superior a la de IU. Por ultimo, en principio, en principio, habría que pensar que el PSOE no se tirará al abismo e intentará dar una salida a su actual carencia de liderazgo y de propuestas alternativas. En definitiva hay que contar con una cierta recuperación del PSOE, que no olvidemos hasta en sus peores momentos (1996, corrupción, GAL, crisis económica, gran desgaste de Felipe González etc.) conservo un suelo electoral de 6 millones de votantes.

Por su parte IU tiene que convencer a su potencial electorado de varias cosas. En primer lugar que vayan a votar, lo que no es fácil para una parte de ellos, ya que sin duda pueden estar influidos por los reiterados mensajes de “todos los políticos son iguales”. Dicho de otra forma: ¿la mayoría de la gente influida por el 15-M, va a ir a votar y lo va a hacer por IU? ¿La mayoría de la gente que participa en las mareas va a ir a votar y lo van a hacer por IU? Movilizar electoralmente y sacar de la abstención o el voto nulo a estos sectores requiere encaje de bolillos por parte de IU. Por un lado apoyar lo sustancial de esas nuevas formas de movilización y protesta social y por otro convencerles de que las instituciones parlamentarias sirven para cambiar las cosas y que no se trata de “quítate tu, para ponerme yo”, sino de configurar otra correlación de fuerzas parlamentarias que permita hacer otra política y para ello hay que ir a votar y votar IU. Hay que decir que hasta ahora, en general, Cayo Lara y la actual dirección de IU lo esta haciendo bien. Pero queda aun mucho camino por delante y hay que evitar caer en la manipulación, mas aun, ni siquiera en la sospecha de manipulación.

Y a la vez IU debe tirar de un sector del electorado socialista, que es moderado y no radical, al que no le gusta ni lo que hizo el segundo gobierno Zapatero ni les gusta Rubalcaba, pero tampoco son del 15-M y de las mareas. Tarea titánica la de IU de captar voto auténticamente socialdemócrata y voto de izquierda alternativa y a la vez tener pacificada la organización, superando broncas internas.

Por tanto debemos tener claro que lo que se puede lograr es terminar con el bipartidismo, reequilibrando en la medida de lo posible la actual asimetría de la izquierda, que permita configurar un gobierno PSOE-IU.

Afortunadamente para todos los que no queremos la continuidad del bipartidismo parlamentario, hay una ocasión de oro con las elecciones europeas, que como es sabido son absolutamente proporcionales, tantos votos, tantos europarlamentarios, con lo que el voto en Teruel a IU vale lo mismo que en Madrid.

En ese primer proceso electoral para cuya preparación solo tenemos un año, en el campo de la izquierda alternativa se están proponiendo diversas formas de coalición electoral. Es evidente que aunar fuerzas es positivo y necesario. Pero habrá que pensar bien las cosas para no desdibujar la imagen de una potente oferta de izquierda alternativa común para toda España. Soy consciente de que conjugar los dos objetivos, agrupar fuerzas y no desdibujar la oferta política es muy complejo y requiere entre otras cosas generosidad en las listas por parte de la opción política mas consolidada, en este caso IU.

Si se logra ese plan, el avance en las elecciones europea podría ser importante y permitiría afrontar mejor las elecciones municipales y autonómicas y después las generales. Pero por ahora no debemos  confiar en las encuestas y nos repartirnos la piel del oso antes de haberlo cazado.

 

  

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