viernes, 12 de septiembre de 2014

"JERSEY BOYS": ESTA VEZ CLINT EASTWOOD NO ACERTÓ


Clint Eastwood ha demostrado a lo largo de su larguísima trayectoria cinematográfica su amor e interés por la música. Al igual que otro gran director, Martín Scorsese, sus películas tienen unas bandas sonoras de gran calidad.  Sobre todo ha tenido una especial preferencia por el jazz, como bien  demostró en la sensacional “Bird”, película de 1988 sobre el legendario músico Charlie Parker,

No todas las películas de Eastwood me gustan o me interesan, como no comparto algunas de sus ideas o actitudes políticas, pero reconozco que es un director que busca salir de los caminos trillados y que tiene al menos diez obras maestras en su haber, siendo mi preferida “Un mundo perfecto” de 1993, con un sensacional Kevin Costner.

Ahora, con nada menos que 84 años, Eastwood acaba de estrenar “Jersey Boys”, basada en la carrera musical del grupo norteamericano de pop, “The Four Seasons”. Para situar esta película hay que señalar dos cuestiones significativas. Esta inspirada en un musical de Broadway, del mismo nombre, que ha sido uno de los mayores éxitos en lo que llevábamos de siglo XXI. Y en segundo lugar es una película producida por Frankie Valli y Bob Gaudio, los dos grandes protagonistas de The Four Seasons, por lo que se sobrentiende  que lo que en ella se cuenta tiene el aval de aquellos.

A diferencia del musical de Broadway, que ha tenido muy buenas críticas y numerosos premios, la película ha recibido críticas en general muy negativas, en España y en el resto del mundo. Quizás algunas se han pasado, pero en mi opinión no es una película lograda.

Para empezar es fría, excesivamente fría. Gustándome como me gustan The Four Seasons (aunque no son de  mis preferidos ni mucho menos) no conseguí emocionarme hasta la escena final, unos soberbios planos en la mejor tradición del cine musical. Tengo que aclarar que “Jersey boys” en absoluto es una película  musical, es un “biopic” sobre los orígenes, evolución y crisis de los mismos, muy centrada en su líder Frankie Valli;  en la que adquiere la mayor relevancia el contexto social en donde se desenvuelven de adolescentes, las enormes dificultades para abrirse camino en el mercado musical y discográfico, las fuertes tensiones entre unas personalidades muy dispares, sus relaciones con la mafia local...

La música, por así decirlo, es  “a lo que se dedicaron y les dio éxito”, pero no es el objeto de la película.

Por otra parte sorprende, al menos esa es la sensación que yo he tenido, el fuerte ajuste de cuentas que refleja la película, entre los dos grandes estrellas del grupo, en primer lugar Frankie Valli y tras él, Bob Gaudio y los otros dos miembros del grupo, Tommy de Vito y Nick Massi, que no salen nada bien parados (sobre todo Tommy  del que hace un retrato demoledor), aunque haya un reencuentro feliz ya de viejos.

La imagen del negocio de la música y alrededores tampoco sale muy bien retratada, especialmente el productor Bob Crewe, al que yo tenía en alta estima, aunque solo fuera por su estupenda creación e inolvidable Serie Dorada,  “Music for watch girls by” y porque fue una pieza clave en el pop de los años 60.

La película a ratos pierde pulso, que recupera sobre todo cuando hay música por medio. Y aunque es un acierto la forma en la que los cuatro artistas van contando las vicisitudes del grupo, dirigiéndose al espectador, la historia a veces esta un poco sesgada o no resulta muy clara para quienes no conozcan a fondo la historia de la música pop norteamericana. Por ejemplo, se da una imagen del grupo como grandes innovadores musicales, cuando, sin quitarles un ápice de su calidad,  bebieron a fondo de la rica tradición de los grupos negros del estilo doo-wop de los años 50. O no se hace mención a que la crisis del grupo tuvo que ver no solo con sus problemas internos, sino también con los efectos de las nuevas corrientes musicales que como un vendaval transformaron la música juvenil a mediados de los años 60: el nuevo rock, la invasión británica, el folkrock, la psicodelia…desplazando irreversiblemente a los grandes grupos vocales como The Four Seasons.

La película cuenta con la participación fundamental del actor  John Lloyd Young, que fue el que protagonizó durante tiempo el musical de Broadway y quien canta en la película las versiones de los grandes clásicos de The Four Seasons, algo a tener muy en cuenta, para bien y para mal. Ya que aunque algunas de las canciones que suenan son las originales del grupo, la mayoría no lo son y las interpretan los actores y en especial John Lloyd Young, que desde luego no es el portentoso Frankie Valli, pero lo hacen bastante bien y en general las versiones suenan muy convincentes y no es nada, pero nada fácil, versionear a The Four Seasons. Como tampoco queda mal la versión de la canción del trío femenino The Angels, “My boyfriends back, un entrañable recuerdo de mis guateques adolescentes. Mención especial merece la actuación secundaria, pero brillante, del actor Christopher Walken.

En resumen: no me arrepiento de haberla visto. Me ha interesado, no me ha fascinado, porque hubiera esperado mucho más de su director y del tema. Pero, con todos los matices,  la recomiendo a quienes les guste la música pop.




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