lunes, 9 de junio de 2014

RENOVACION DEL PSOE: PRIMERO LAS POLITICAS Y DESPUES LOS LIDERES




Cualquiera puede comprender y hasta compartir la tremenda angustia que debe estar asolando a los dirigentes, militantes y simpatizantes del PSOE tras sus resultados de las elecciones del 25 de mayo, que han acentuado el desastre de las elecciones generales de noviembre del 2011.

También es comprensible la urgencia que tienen para salir de la crisis en la que están sumidos, escenificada en la dimisión de Rubalcaba y la convocatoria del Congreso extraordinario. Supongo que por la cabeza de muchos socialistas esta circulando el temor de acabar como el Partido Socialista Griego (dicho sea de paso un partido con muchas menos raíces y homogeneidad que el PSOE).

Esta bien que se hayan encendido todas las alarmas y que tengan prisa para superar  la situación en la que se encuentran; tienen menos de un año para salir a flote. Pero la pregunta que muchos nos hacemos es si no se estarán poniendo antes el carro que los bueyes. Si no se esta priorizando el “quienes” sobre el “que”. Si no se esta buscando un o una Mesías salvador/a, por encima de una propuesta que realmente interese y devuelva la confianza a la ciudadanía y en especial a los diez millones de sus potenciales votantes, que les han abandonado masivamente.

Es cierto que contar con un nuevo equipo dirigente es decisivo en una sociedad tan condicionada mediaticamente (no hay mas que ver el éxito del personalismo de la candidatura de PODEMOS). Sí, resulta imprescindible y urgente encontrar una alternativa a Rubalcaba y su equipo.

Pero ¿cuales son los criterios a seguir en esa renovación? ¿La juventud? ¿La no contaminación con los gobiernos de Zapatero? ¿La capacidad de comunicación? ¿La experiencia, aunque sea limitada, de gobierno? ¿El no haber tenido tan malos resultados electorales como los demás? Es indudable que todos esos factores pesan y deben ser tenidos en cuenta. Sin embargo un partido que pretende liderar primero la oposición y luego el gobierno, debe anteponer sobre todas las demás razones una oferta política y en este caso una oferta política progresista. De lo contrario se caerá de nuevo en el error Zapatero, en cuya elección primaron aspectos interesantes y necesarios, pero secundarios y así acabó como acabó.

A mi me gustaría saber cual es el posicionamiento político de Susana Diez, de Madina, de Pedro Sánchez, de Carme Chacón…en temas tan fundamentales como la política fiscal, la cohesión social, la lucha contra la pobreza, los servicios públicos, el I+D+I, el medio ambiente, las pensiones, la reforma laboral, la lucha contra la corrupción, la eventualidad de un gobierno de coalición con otras fuerzas de la izquierda o por el contrario con la derecha, la reforma de la ley electoral, la forma de afrontar el conflicto territorial en Cataluña y en el País Vasco…etc. y no en base a vaguedades que cualquier progresista puede compartir. Tenemos que saber también la letra mediana y  pequeña.

Se podrá argumentar que la política la marca el partido y que ya se ha concretado en la Conferencia política del pasado mes de noviembre, en la que el PSOE hizo una cierta autocrítica y un suave giro a la izquierda. Esta es una referencia programática evidente, pero no es suficiente.

Insisto, desconozco el posicionamiento político de los posibles candidatos a dirigir el PSOE y si eso me pasa a mi, que estoy desde hace mucho “en el ajo” y tengo muy buenas relaciones con muchos socialistas, no digamos lo que le puede pasar a la inmensa mayoría de la gente.

En mi opinión antes, o al menos a la vez, que un debate sobre la idoneidad del perfil  de los candidatos a liderar el PSOE,  hay que clarificar la política que van a impulsar.

Un líder o una líder ilusionante y una nueva política transformadora, esas son las claves para recuperar la confianza.

Y en esa línea sobran promesas, ensoñaciones y cuentos chinos. La ciudadanía y mas aun la susceptible de votar al PSOE, es gente informada, consciente y sensata y  solo les creerán si lo que proponen tiene visos de hacerse realidad. Tienen que decir la verdad de cómo piensan sacar al país de la crisis, la corrupción y la desafección democrática. No queremos cartas a los Reyes Magos, sino propuestas de cambio progresista, que tengan bien en cuenta todas las dificultades existentes y por llegar, y que se comprometan a mantener si consiguen gobernar.

Ojala los socialistas sean capaces de reorientar su actual proceso de renovación y no se limitan a una mera operación de imagen. El conjunto de la izquierda nos jugamos mucho en este camino.



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