En
los resultados electorales andaluces hay un primer dato a resaltar. Andalucía
ha girado, suavemente, pero ha girado, hacia el centro izquierda. Si sumamos
por un lado los votos del PSOE y los de IU, mas los de PODEMOS, se superan los
dos millones de votantes y si les añadimos los votos de Ciudadanos, que es un
voto en torno al centro, con votantes de centro derecha y también votantes de
centro izquierda, podemos concluir que más de dos terceras partes del voto
andaluz tiene un componente de tinte progresista. Esto es una buena noticia.
El
segundo aspecto a destacar es que tras 33 años de gobierno, el PSOE ha vuelto a ganar las elecciones,
sin que tampoco el asunto de los ERES y las imputaciones a una parte de sus
dirigentes o cargos públicos le haya afectado de manera especial. Esto es algo
portentoso. Supongo que en la noche electoral la jueza Alaya habrá tenido
insomnio. Esta claro que Andalucía no quiere a la derecha, al menos a la del
actual Partido Popular y perdona al PSOE todo lo que haga falta con tal de que
el PP no gobierne allí.
Hay
un tercer aspecto a señalar. El PSOE en Andalucía es un partido con fuerte
arraigo organizativo, habrá quien diga que es consecuencia de tantos años de
mucho poder y de prácticas clientelares. Es posible que una parte sea así, pero
en todo caso es un partido con fuertes raíces, actuales e históricas y esta
realidad no se puede infravalorar, como en alguna medida ha podido hacer
PODEMOS.
Por
supuesto el éxito del PSOE tiene una capitalización directa por parte de Susana
Díaz, aunque al final sigue sin tener la mayoría absoluta que tanto buscaba y
no le va a ser fácil realizar pactos, al menos con la comodidad y proximidad
que tenía con la IU sabiamente dirigida por Diego Valderas. Vamos a ver como se
desenvuelve a medio plazo, porque lo que es bueno para el “curriculum” de
Susana quizás no sea tan bueno para sacar adelante una política progresista en Andalucía.
Y también puede capitalizar esos resultados el PSOE a nivel estatal, superando
la caída en picado de los últimos años, siempre y cuando la evidente ambición
de Susana (¡¡¡esa lenta bajada por las escaleras del Palacio de Congresos de
Sevilla en olor de multitudes, que ni en las mejores superproducciones de
Hollywood!!!) no abra un agujero en la dirección socialista, cuestionando a
Pedro Sánchez.
El
éxito de PODEMOS es incuestionable, a pesar de que haya sido menor del que
algunos temían o incluso ellos mismos esperaban. Lograr más de medio millón de
votos y 15 diputados, sin apenas financiación, con muy limitada estructura
organizativa y con una candidata claramente situada en la izquierda es una
heroicidad política. Nadie se lo puede discutir. Aunque también debe ser objeto
de reflexión que una cosa es superar y alterar el actual modelo de
representación partidaria y otra muy distinta convertirte en la primera o
segunda opción política. Ahora PODEMOS va a entrar en la “real politik”, tendrá
que pronunciarse y mojarse en muchos temas. Y seguramente
tendrá que moderar algo su mensaje y sus gestos (demasiados puños cerrados en
los mítines) si quiere mantener esa imagen transversal que les acerque al 20%.
Lo
de Ciudadanos también es digno de elogio. Hace dos años escuche por primera vez
a Albert Rivera en una larga intervención política. Me sorprendió, no encajaba
con la imagen que se trasmitía de él como centralista españolista, muy de
derechas, frívolo…Aun se esta cociendo, pero podría aspirar a ser un político
en la mejor línea de la UCD. No vendría nada mal para nuestro país tener un
partido de centro, representativo de clases medias urbanas moderadas, laico,
con el que la izquierda pudiera entenderse y acordar cuestiones.
Lo
de IU es un drama terrible, que ojala no sea irreversible. Lo malo sería que ahora
dieran un volantazo a posiciones aun más radicales. El discurso de Maillo no
puede ser mas contradictorio, por un lado reniega del pacto de gobierno con el
PSOE, lo considera un error y le achaca buena parte de su fracaso y por otra ha
querido capitalizar los logros progresistas de gobierno de coalición. IU sigue
empeñada, como siempre, en disputar los votos por la extrema izquierda, cuando
debe hacerlo por otros caladeros: sindicalistas de CCOO y UGT, católicos
progresistas, profesionales con ganas de que nuestro país funcione mejor, jóvenes
solidarios que trabajan con ONGs… PODEMOS
ha aprendido en unos meses, lo que IU sigue sin percibir después de casi 30
años de existencia, que los cientos y cientos de miles de votantes que buscan, están
en la orbita de la izquierda moderada desencantada del PSOE y no en los antisistema
que ni van a votar ni van a votar cualquier cosa que suene remotamente a
comunista.
IU,
ya lo he dicho otras veces, esta al borde del abismo y lo peor sería una huida hacia
delante. Síntomas hay y ya están preparándose los que quieren manipular el
pacto de gobierno andaluz y de ahí a justificar la abstención en Extremadura no
hay mas que un paso (ya se esta autoreivindicando el líder extremeño). Y si
encima tenemos la escandalera madrileña… que esperemos que se encauce
y se busque a una persona sensata para el Ayuntamiento, como se ha encontrado a
García Montero para la Comunidad.
Por
ultimo no es mala noticia el batacazo de UPyD, a ver si de una vez se dan
cuenta de que no puede ser el cortijo de Rosa Diez.
En
definitiva, en Andalucía ha habido ganadores y perdedores de distinto cariz y
nivel, a izquierda, derecha y centro, pero lo mas positivo es que la ciudadanía
esta pasando factura a las políticas de brutal ajuste neoliberal y a la corrupción.
El panorama del nuevo Parlamento andaluz,
si bien no va hacer fáciles los pactos,
al menos hasta después de las elecciones generales y que todos tengan las manos
libres hasta entonces, al menos permitiría desde ahora una intensa presión
progresista de PODEMOS con IU y hasta con Ciudadanos, para que el gobierno
socialista afronte, de una vez, retos pendientes desde hace mucho para la transformación
progresista de Andalucía.
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