Resulta una nefasta paradoja que una de
las consecuencias de la irrupción de PODEMOS en la escena política de nuestro país
esté siendo el profundo debilitamiento de IU, precisamente una fuerza política
que a lo largo de muchos años ha luchado por el fortalecimiento de la
democracia y por el desarrollo de las políticas sociales.
De esta realidad no hay que echarle la
culpa a PODEMOS; ellos van a lo suyo y por cierto haciéndolo muy bien en función
de sus objetivos. En la crisis que esta viviendo IU la mayor responsabilidad
está en una parte de sus dirigentes y militantes que han entrado en un proceso
de perdida de confianza en la viabilidad del partido y en la dificultad
del sector que apuesta por la continuidad inequívoca de IU para difundir
una propuesta convincente que justifique esa continuidad.
La banalización de los debates políticos en la que estamos inmersos, unida a
la urgencia por desplazar en las urnas a la derecha gobernante y el tremendo
espejismo en los meses anteriores a las elecciones europeas, cuando muchos
dirigentes y militantes de IU llegaron a pensar que íbamos a desplazar al PSOE
y a convertirnos en el referente mayoritario de la izquierda española, nos ha
conducido a un estado de nervios y a unas prisas irrefrenables.
Hay quienes ven como única solución
imitar a PODEMOS. Los hay que corren detrás de cualquier movilización, se suman
a todas las pancartas y se apuntan sin discriminar a todas las campañas. Todo ello
nos esta impidiendo abrir una reflexión serena y rigurosa sobre el futuro de
IU.
Vaya por delante que después de 47 años
de militancia política, no sacralizo ni siglas ni partido. Pero desde luego
tengo clarísimo que o la izquierda tiene sólidos y arraigados partidos, o no
tiene nada que hacer frente a la derecha y sus diversas formas de ejercer el
poder. Por supuesto que es muy importante ganar las próximas elecciones, pero
hay que pensar en el día después y si IU se diluye u obtiene ínfimos
resultados, para la izquierda será mucho más difícil trazar alianzas de
gobierno y gobernar.
¿La izquierda en España necesita un
partido como IU, con un programa transformador, con experiencia, con arraigo
social? ¿o esa opción existe ya o se esta construyendo fuera del ámbito de IU?
En mi opinión no existe. El PSOE es una opción de izquierda moderada,
imprescindible y decisiva para el cambio político en nuestro país y con quien
hay que entenderse si queremos realmente desplazar a la derecha. Pero es una opción
distinta a lo que ha representado, representa y tiene que seguir representando
IU. Y ¿PODEMOS? Todavía no sabemos, e imagino que ellos muy bien tampoco, cual
va a ser el espacio político de esta nueva fuerza, que se presenta como ni de
izquierdas ni de derechas, que quiere ocupar la centralidad del mapa político y
que según reconocen aun les queda muchísimo camino por recorrer para
consolidarse como un partido ¿socialdemócrata? ¿republicano radical? ¿azañista?
Que IU
en teoría sea necesaria y tenga espacio propio, no quiere decir que lo
consiga y que sea capaz de evitar su descomposición.
La segunda pregunta que deberíamos
hacernos es quienes y para qué necesitan especialmente la presencia y la acción
de IU. Considero que son tres los ámbitos sociales a quienes deberíamos
dirigirnos prioritariamente.
En primer lugar l@s trabajador@s y muy
en especial l@s afiliad@s a CCOO y UGT. L@s mism@s que en buena medida no se
sienten identificados con muchas experiencias negativas de los gobiernos
socialistas, pero a quienes tampoco les convence el radicalismo de propuestas y
gestos de algunos dirigentes y organizaciones de IU. Las reivindicaciones
sociolaborales, de las condiciones de trabajo, del empleo, deben ser una de las
grandes prioridades de IU y no es que en el papel no lo sean, pero en la práctica
cotidiana con frecuencia se ven desplazadas por otras muchas pequeñas y
coyunturales batallitas. El camino no es solo decir que se está de acuerdo con
CCOO y UGT y que se asumen sus reivindicaciones o estar presentes en las
manifestaciones.
La organización de IU, sus militantes y
dirigentes deben visualizarse, y no solo en campaña electoral, en los centros
de trabajo. IU ha desaparecido hace muchos años de los centros de trabajo, lo
que no hizo el PCE cuando era clandestino. Hay que dirigirse a los cuadros de
CCOO y UGT para intentar afiliarl@s. Resulta increíble que en la mayoría de las direcciones de CCOO, a todos los
niveles, apenas hay afiliad@s a IU y no
digamos en UGT. Las direcciones de IU deben marcarse como una prioridad
organizativa su implantación en los sindicatos, donde además hoy por hoy no hay
competencia.
En segundo lugar, IU debe dirigirse y
trabajar con las ONGs del ámbito social y solidario. No los chiringuitos
radicales, sino las grandes organizaciones implantadas en el ámbito de la
cooperación al desarrollo, a la discapacidad, a la lucha contra la pobreza y la
exclusión, al apoyo a las personas mayores, las organizaciones de profesionales
de las políticas sociales (trabajador@s sociales, psicolog@s, terapeutas,
gerontolog@s….). Con la inmensa mayoría de todos ellos IU puede compartir
programas, valores, iniciativas. Sin embargo les tenemos olvidados, cuando no
mostramos recelos. Sé muy bien que acercarnos a ellos, tras años de
indiferencia no es nada fácil ni rápido, pero es imprescindible, eso sí
descartando cualquier pretensión de manipulación o protagonismo. Y ojo o lo
hacemos nosotros y ya, o lo hará PODEMOS, ahora que están en las cresta de la
ola.
Y el tercer colectivo, son l@s catolic@s
con vocación social y solidaria, que son much@s y muy activ@s y en algunos casos
coinciden con los anteriores. La Iglesia Católica puede estar comenzando un
proceso de renovación, del que la izquierda debe estar muy interesada que se
desarrolle y consolide, mas aun en un país como el nuestro.
He tenido la ocasión muy recientemente
de participar en un Congreso organizado por Caritas-Foessa. Todo lo que allí se
ha dicho, podría caber en el programa social, económico y fiscal de IU. He
visto decenas de jóvenes voluntari@s, de profesionales, incluso de religios@s,
defendiendo una sociedad justa e igualitaria. ¿Por qué vamos a renunciar a
encontrarnos y trabajar con ellos?
Yo que Cayo Lara o que Gaspar Llamazares
hubiera mandado una representación de IU al referido Congreso y hubiera pedido
inmediatamente después una entrevista con la dirección de Caritas para que nos
explicaran el VII Informe sobre la Situación social de España, un documento
formidable, ponernos a su disposición y colaborar con ellos para intentar sacar adelante sus propuestas. Y lo mismo con
Intermon-Oxfam.
Es evidente que para IU sería un cambio
de chip notable dirigirse a este ámbito, pero con el tiempo, con inteligencia y
sin afán manipulador, podríamos tener ahí un sector de confluencia más potente
y real que algunas iniciativas convergentes que se airean por ahí y que no
tienen nada por debajo. No olvidemos que el PCI de Enrico Berlinguer llegó
donde llegó en los años 70 en buena medida por su apertura a los católicos
italianos.
Si lográramos a medio plazo abrir un
camino de relación y mutua influencia con esos tres amplísimos sectores
sociales, el futuro de IU y sobre todo su utilidad política estaría asegurada.
Como no lo estará es convirtiéndonos en la marca blanca de PODEMOS.
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