Tras mas de seis años de crisis económica
son muy pocos los directores de cine que han abordado a fondo las situaciones y
consecuencias de la misma. Una de las excepciones son los hermanos Jean-Pierre
y Luc Dardenne, belgas francófonos.
En estos mismo días una película suya
acaba de ser estrenada en nuestro país: “DOS DIAS Y UNA NOCHE” (“Deux yours,
une nuit”).
Es una magnifica película cuya mayor
virtud es el rigor, la seriedad, la ausencia de maniqueísmo o de brocha gorda
que la caracteriza; lo que no es nada fácil abordando un tema tan complejo y
duro como es la propuesta de despido de una trabajadora con fuertes problemas
depresivos y a cambio repartir una prima de 1000 euros a cada uno de sus
compañeros de trabajo.
La ruptura de los vínculos de compañerismo
que esa propuesta empresarial provoca en una pequeña empresa, esta
magistralmente narrado. Todos, salvo uno que tiene una reacción virulenta,
explican sus razones para aceptar o rechazar la propuesta. La mayoría son
razones muy comprensibles, incluidos los que llegan a una posición insolidaria. Uno lo explica muy bien: “lo
necesito, con 1000 euros pago la luz y el gas de un año”.
Los Dardenne hacen un minucioso retrato
de la problemática de la clase obrera en un país, (no esta claro si Bélgica o Francia),
asolado por la crisis: paro, economía sumergida, eventuales, horas extras,
trabajos complementarios por la tarde o los fines de semana, endeudamiento,
inmigrantes, incluso tensiones familiares ante la súbita llegada o amenaza del
paro. Por cierto un retrato perfectamente extensible a nuestro país.
No hay demagogia, ni una dinámica de buenos y
malos. Hasta el pequeño empresario, que lógicamente va a lo suyo, tiene sus
motivos y los expone: globalización, pérdida de competitividad, presión de las economías
emergentes. Ni tampoco la protagonista esta trazada en blanco y negro para
generar la empatía fácil. Y un detalle, no hay sindicatos, lo que sin duda
dificulta la articulación de las respuestas, de la movilización o de la
creación de vínculos solidarios y la propia negociación con el patrón y el jefe
de personal.
Pero siendo rigurosa no es en absoluto
neutra o aséptica. Los hermanos Dardenne dan suficientes elementos de juicio
para que el espectador comprenda las dramáticas consecuencias de la crisis y
sus terribles efectos en la vida de las clases trabajadoras y por supuesto para
que tome partido de forma consciente y no meramente visceral.
Si la película es estupenda en cuanto a
su temática y desarrollo, la interpretación de los actores es excelente por lo creíble
que resultan todos, incluidos los más insolidarios. Y la protagonista, Marion
Cotillard, que esta en pantalla prácticamente toda la película, hace un papelón.
Y lo mejor de todo. Los Dardenne
consiguen un final creíble, coherente, preciso y precioso y por supuesto
positivo y movilizador, lo que no era nada fácil.
Es un cine de adultos, que consigue
mantener el interés y la atención en sus escasos 95 minutos de duración y que
dicho sea de paso debería ser de obligada visión general y en especial para los
sindicalistas.
Y hablando de cine de adultos, aunque
llegue ya tarde, porque no debe estar ya en cartelera, también recomiendo otra
magnifica película belga, “El Veredicto”. (“Het Vonnis”), del director flamenco
Jan Verheyen; una apasionante reflexión sobre el Estado de Derecho, los limites
y carencias del Poder Judicial. Otra película que huye del maniqueísmo, que
fomenta la reflexión y que trata al espectador como una persona adulta; vamos
lo mismito que “Torrente 5” .
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