El movimiento obrero,
los sindicatos de clase y los partidos de izquierda vienen celebrando desde ya
un lejano año 1911, el 8 de marzo como el día de la mujer trabajadora. Las
organizaciones feministas que se fueron desarrollando a lo largo del siglo XX,
se sumaron a este día de lucha y reivindicación.
Con el paso de los años
hasta instituciones internacionales como la ONU han apoyado a esta conmemoración.
Todos los 8 de marzo
quienes luchan por la igualdad de derechos, sin discriminación en el empleo y
en el salario, han salido, hemos salido, a la calle con las banderas y lemas
morados. Estas luchas han dado resultado. Hoy la situación de las mujeres en
los países democráticos y socialmente avanzados, tienen ya poco que ver con la
realidad de los primeros años del siglo XX. Aun y así la plena igualdad sigue
siendo un objetivo no alcanzado plenamente, ni en lo laboral, ni en lo
político, ni en lo cultural y educativo, ni en la convivencia familiar y en lo
religioso.
Pero a la vez que se ha
progresado en derechos, se han acentuado, o han emergido con mayor claridad,
las diversas formas de violencia de genero.
Este año la lucha por
la igualdad ha dado un importante salto cualitativo: un paro internacional de
dos horas por turno. Y en nuestro país el lema unitario recoge la expresión
“VIVAS, LIBRES, UNIDAS, POR LA IGUALDAD”, añadiendo, como no podía ser de otra
manera, la lucha contra las diversas formas de violencia de genero.
Lamentablemente esta
iniciativa no ha contado con un apoyo unánime en nuestra sociedad y peor aún,
ha habido criticas infundadas, manipulaciones y burlas, incluso desde ámbitos
gubernamentales.
La movilización va a
ser un gran éxito en ese camino sin vuelta atrás por la igualdad. Y sin olvidar
que aún hay cientos de millones de mujeres y niñas que en numerosos países
sufren una brutal discriminación y violencia, que se inicia en la más tierna
infancia y dura toda la vida.
(RECUERDO QUE YA ESTA ABIERTO MI NUEVO Y MAS COMPLETO BLOG: https://hectormaravall-blog.com )
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