domingo, 3 de enero de 2016

"SUFRAGISTAS": UNA GRAN PELICULA Y UNA REALIDAD TODAVIA VIGENTE


Empezar el año yendo al cine, esta muy bien. Mas aún si es una excelente película como “SUFFRAGETTE” (“Sufragistas”).

Aunque es una realidad relativamente conocida, la lucha de las mujeres por el derecho al voto, no había sido tratada en el cine, salvo algunos documentales o películas en las que de forma colateral se hacia referencia a esta etapa de la lucha por la igualdad de derechos. No en balde la directora de esta película, la guionista y las productoras son mujeres.

Y más allá de la calidad de la película, su oportunidad es muy  evidente. Por dos razones fundamentales.

En primer lugar porque en la actualidad en las sociedades democráticas mucha gente, y en especial gente joven, desconoce que durante mucho tiempo a las mujeres se les negó el derecho al voto justificando esta aberración en que no tenían conocimiento, ni capacidad ni sesera para poder ejercer este derecho democrático esencial. Y lo decían tan campantes quienes entre otras cosas habían sumido a la humanidad en un cúmulo de desgracias, entre ellas la primera guerra mundial, el colonialismo o la explotación de la infancia en las fábricas y minas. Aunque ese terrible menosprecio de la mujer hunde sus raíces en tiempos y doctrinas muy lejanas, incluyendo doctos tratados de filósofos y teólogos.

Y la segunda razón, es que no estamos ante una realidad del pasado, sino que aun hoy hay países que siguen manteniendo esa actitud, algunos como Arabia Saudí una aliada protegida por las potencias occidentales y por supuesto por nuestro Estado. Da vergüenza decir que en pleno siglo XXI se mantiene esta violación de los derechos humanos. Como da sonrojo leer los datos que figuran al final de la película de en que año se reconoció el derecho al voto en algunos países europeos como Francia o Suiza. En España fue durante la primera época de la 2ª Republica, lo que se logro no sin la oposición o incomprensión de numerosos políticos de la derecha….y de la izquierda; (aunque luego estuvimos 40 años sin voto, mujeres y hombres).

Volviendo a la película, se centra en la toma de conciencia y evolución de una trabajadora, que sufre una triple explotación, económica, política y sexual y en cuyo miserable hogar cuelga un cuadro del Rey de Inglaterra, y al que hace saludar todas las noches antes de acostarse a su pequeño hijo.
La película liga de manera esplendida las contradicciones, las dudas y dificultades, el dolor y los costes de esa toma de conciencia. Y vincula de manera muy acertada la marginación política, la explotación laboral  y el sometimiento absoluto a la voluntad de los maridos.

Hasta ahora habíamos asociado casi siempre la lucha de las sufragistas con mujeres de las clases burguesas, intelectualmente preparadas, pero esta película y es uno de sus grandes aciertos, pone su atención en las mujeres obreras, sin preparación, sin medios, sin recursos culturales, sin redes de apoyo familiar. Mujeres cuya lucha aún tuvo mucho más valor ya que tuvieron que superar obstáculos todavía más difíciles y crueles.

La película muestra, además, la brutalidad de la represión policial, el mal trato carcelario, el boicot de los medios de comunicación, la burla despiadada de muchos vecinos, y la incomprensión de otras muchas mujeres e incluso compañeras de trabajo. Son imágenes impactantes sobre todo para quienes puedan tener una visión light o hasta “simpática” de las luchas de las sufragistas.

Esta muy bien tratado el paso de la rebelión vital a la toma de conciencia política y organizativa, del malestar individual al compromiso colectivo y también escuchamos en la película  argumentos utilizados en contra por políticos y policías, que a much@s les sonaran conocidos por haberlos oído en España en tiempos de la dictadura.

Por otra parte resulta tremendo que un político como Lloyd George, que aún no siendo laborista, luchó denodadamente durante muchos años como diputado y como Ministro  por los derechos sociales y por la mejora de las condiciones de vida de las clases trabajadoras inglesas, logrando importantes avances, no apoyara el derecho al voto de las mujeres. 

La película no solo es buena por el tema, es muy entretenida, tiene un buen ritmo, una estupenda banda sonora, sino que además cuenta con unas actrices excelentes, incluida unas brevísimas pero muy simbólicas apariciones de Meryl Streep.

Si yo fuera Ministr@ de Educación del próximo gobierno de España o fuera Consejer@ de Educación de cualquiera de los gobiernos autonómicos, no dudaría en pasar esta película y un posterior debate y trabajo, en todos los colegios de nuestro país. Seguro que, entre otras cosas, algo se ganaría en prevención de la violencia de género.

En todo caso, mi más absoluta recomendación, para que nadie se la pierda.


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