Muchos votantes y simpatizantes de
Izquierda Unida deben estar en estos momentos con el “corazón partio”, que
cantaba Alejandro Sanz. Debatiéndose si seguir apoyando a una fuerza política
con la que en mayor o menor grado siempre se han identificado, pero que por
razones diversas y suficientemente conocidas no ha sido capaz de capitalizar el
desgaste de los socialistas y el crecimiento del enorme malestar social o bien
apostar por una nueva referencia progresista y movilizadora como es PODEMOS.
Curiosamente por primera vez en nuestro país
surge una fuerte tensión de voto útil en
la izquierda, diferente al PSOE y de nuevo, como tantas veces en la historia de
nuestra democracia, hoy IU, en el pasado el PCE, sufre el abandono de mucha
gente que apuesta por el voto útil de izquierda, en esta ocasión no socialista,
para ver si de una vez llegan al gobierno opciones profundamente
transformadoras.
Si esto es así en general, no digamos en
el caso del Ayuntamiento de Madrid donde se vislumbra la posibilidad de ganar a
la derecha con una candidatura en la que, además, hay mucha gente que en el
pasado estuvo en la orbita de IU y que encabeza una prestigiosa y antigua
militante comunista. Es un terrible dilema en el que nos encontramos much@s
madrileñ@s, entre el riesgo de dejar sin grupo a IU y lo que ello supone y la
oportunidad de que Manuela Carmena sea la nueva alcaldesa, desbancando a
Esperanza Aguirre.
Es verdad que también en ese “corazón
partio” influye el lógico malestar en algunos lugares con actuaciones incomprensibles
de IU y en especial las broncas de sus sectores dirigentes; produciéndose por
tanto un efecto de voto de castigo por esas malas prácticas, que a otros se les
perdona mas o menos, pero a los de la izquierda de la izquierda no se les
tolera y con razón.
Pero en las elecciones se debe votar más
con la cabeza que con el corazón y sobre todo más pensando en el futuro que en
el pasado. No puede ser ni un voto de nostalgia, ni de compasión, sino de
racionalidad política, de qué es lo que nos conviene a la ciudadanía
progresista.
Las próximas legislaturas, general, autonómica
y local, van a ser determinantes para la configuración de la sociedad española
tras la salida de la crisis. Se van a tomar decisiones importantísimas que van
a posibilitar o que nuestro país avance en una perspectiva de progreso, de mas
bienestar social, de menos desigualdad, de mas solidaridad o lo contrario que
se afiance el modelo neoliberal.
Además, las fuerzas progresistas que
lleguen al gobierno, en sus diversos ámbitos, se van a encontrar con sorpresas,
con agujeros negros, con decisiones jurídicas vinculantes con gran coste económico,
por supuesto con la vigilancia de la Unión Europea y en definitiva con una situación
muy complicada en la que no van a tener fácil cumplir promesas
electorales, revertir los recortes
sociales de la derecha o tomar medidas fiscales enérgicas. Es verdad que
nuestra situación esta a años luz de Grecia, pero no conviene olvidarse de las
tremendas dificultades que esta teniendo el gobierno de Syriza.
En ese marco vamos a necesitar una
fuerza de izquierdas, que cuente ya con experiencia
política, que tenga claras las prioridades, que sea firme y a la vez flexible,
con cuadros ya rodados, bien relacionada con los sindicatos y los movimientos
sociales, que sepa pactar y exigir lo pactado, que tenga voluntad de
movilización social, cuando sea necesario y capacidad de realizar una buena gestión
política y administrativa. Y ese retrato robot en mi opinión corresponde a IU.
Es obvio que no soy de PODEMOS y no
comparto la mayoría de sus análisis del
pasado y algunas de sus propuestas de futuro,
pero tampoco me sitúo entre los que para defender a IU descalifican a
PODEMOS, les consideran ambiguos u oportunistas e incluso artífices de una
conspiración contra IU. Confío en ellos, en su paulatina consolidación como
fuerza progresista (están aprendiendo bien y rápido) y en el positivo papel que pueden jugar en la
atracción del voto desencantado. Simplemente creo que la función política que
cumple IU no la cumple PODEMOS.
En las nuevas legislaturas habrá que
conformar en muchos sitios pactos de gobierno progresistas con el PSOE, con
PODEMOS, con otras fuerzas políticas de izquierda en determinadas Comunidades Autónomas,
y hasta con Ciudadanos, si es necesario. Y en ese amplio abanico progresista,
IU puede y debe jugar un papel decisivo.
El cacao que vive Andalucía (y que su
Presidenta en funciones y aprendiza de bruja,
tiene bien merecido porque se lo ha buscado ella solita) no se hubiera
producido si se hubiera mantenido el gobierno de coalición PSOE-IU o si en las
elecciones autonómicas IU hubiera tenido mayor representación, lo que hubiera
facilitado un nuevo bipartito o incluso un tripartito en Andalucía.
En definitiva, lo imprescindible es ir a
votar y en segundo término pensar bien el voto, porque la desaparición o la
irrelevancia de los resultados de IU
puede ser irreversible y luego much@s se lamentaran de ello, cuando ya no tenga
arreglo.
Varias reflexiones a tu post:
ResponderEliminarAhora Madrid no es Podemos. Si fuera así no contaría con el apoyo de tantas personas que creemos en un modelo de democracia horizontal absolutamente participativa. AHORA Madrid se configuró en su momento como una coalición de diferentes asociaciones de vecinos, plataformas ciudadanas y partidos políticos pequeños como Equo, Piratas, etc, que han querido aportar su generosidad y conocimiento en la construcción de un espacio común que fuera más allá de las siglas.Podemos irrumpe en el último momento y no representa ni la mayoría ni la totalidad de la marca. La configuración de las listas se ha hecho en forma de primarias de las diferentes candidaturas ciudadanas y de partidos y después se han integrado por orden de votación. Por eso yo tengo claro que Carmena representa los valores que quiero para mi ciudad y seguro que ella hubiera preferido un frente aun más que olió. Es una pena que IU siga sin creer en esa necesidad de unir fuerzas. (Salvo una parte de su electorado y de partido que sí se ha integrado en Ahora Madrid). Otra cosa es la Comunidad , en la que García Montero puede encarnar el derecho de la clase trabajadora con la candidatura de IU. Esa es mi opinión. Espero haberte ayudado en la reflexión. Pero por favor. Ahora Madrid no es Podemos.
Pues si no es Podemos, lo disimula muy bien porque ese partido es el que parte el bacalao y los demás, "si bwana" y callar y obedecer.
ResponderEliminar