Acortar en más de un año una legislatura,
en general no es bueno para el funcionamiento de las instituciones democráticas.
Tiene que haber sólidas razones que lo justifique: no disponer de mayoría
parlamentaria suficiente, estar imposibilitado de sacar adelante la acción de
gobierno o en el caso de gobiernos de coalición que exista un fuerte
enfrentamiento interno. Nada de esto sucedía en Andalucía.
Susana Díaz ha convocado elecciones
anticipadas por puro cálculo electoral partidista o peor aun, por sus intereses
personales en las tensiones internas del PSOE. Está en su derecho, pero es un órdago
del que puede salir escaldada ella, el PSOE y en general la izquierda.
La experiencia de gobierno PSOE-IU en Andalucía
estaba yendo razonablemente bien. Los progresistas de toda España mirábamos
hacia esta coalición como una posibilidad a extender al gobierno del Estado y
la contraponíamos a la inaceptable actitud de IU en Extremadura, al permitir con su abstención el gobierno del PP.
Nadie con rigor y de buena fe podrá
acusar a IU de Andalucía de no haber sido un leal socio de gobierno. Cualquiera
que conozca un poco las características de IU en esa Comunidad Autónoma, admitirá
que no era fácil lograr un pacto con el PSOE, dadas las tradicionales malas
relaciones existentes, motivadas entre otras causas por las fuertes tendencias
izquierdistas de un sector de IU y la prepotencia del PSOE. Todo el mundo sabe
que una parte de IU no estuvo de acuerdo con el pacto.
Con esos antecedentes hay que valorar la
actitud de los cargos de IU en el gobierno de coalición. Hace meses tuve la
oportunidad de escuchar al vicepresidente Diego Valderas y su discurso institucional
me pareció intachable. IU ha tenido que asumir presupuestos poco expansivos y
medidas difíciles de contención del gasto y se ha contenido a la hora de
investigar las prácticas de corrupción de la Junta de Andalucía en etapas
anteriores.
Es verdad que ha habido algunos gestos que deberían
haberse evitado, tanto por parte de la Consejera de Vivienda como del propio
Valderas, pero al final se les dio una salida aceptable. También es cierto que
la propuesta del Coordinador de IU en Andalucía de someter a referéndum entre
los militantes la valoración y continuidad del pacto, sonaba a patada en la
espinilla, pero también esta propuesta se ha ido desdibujando.
Y frente a esa actitud bastante positiva
de IU, la mayoría socialista no ha correspondido debidamente. Se han incumplido
importantes aspectos del programa pactado y algunas leyes emblemáticas, en las
que IU se apoyaba para justificar el acuerdo de gobierno, no se han aprobado.
Resulta especialmente escandaloso que Andalucía siga con una vetusta e inútil Ley
de Servicios Sociales de 1988, cuando la mayoría de las Comunidades Autónomas,
incluidas las del PP, van ya por la tercera generación de leyes en este ámbito.
Así que si alguien no ha cumplido en Andalucía
no ha sido precisamente IU. Y esa actitud de Susana Díaz crea muy malos
precedentes para el futuro (y no solo en Andalucía) y en la practica la obliga a
obtener mayoría absoluta. Por ello me refería al órdago de la Presidenta de la
Junta. Las últimas encuestas sitúan al PSOE claramente como primera fuerza
política en Andalucía, pero aun no sabemos el posible efecto electoral de la
imputación a los dos anteriores Presidentes de la Junta de Andalucía y en todo
caso no parece nada fácil llegar a alcanzar la mayoría absoluta.
¿Y que puede pasar si el PSOE no consigue
esa mayoría absoluta? ¿Va a pactar con PODEMOS, a los que un día sí y otro también
Susana Díaz ataca duramente y cuando, por otra parte, la candidata de PODEMOS
en Andalucía es del sector mas izquierdista de esa formación? ¿Va a pactar con
UPyD o con “Ciudadanos? ¿Va a intentar repetir el pacto con IU, cuando este
partido, con toda razón, tendrá que ser
mucho mas exigente que hasta ahora, tras la experiencia vivida y así lo apunta
la composición de su candidatura, mucho
menos favorable al acuerdo que la anterior? ¿O….el PSOE andaluz va a
pactar, de una u otra forma, con el PP como le gustaría a más de uno?
Susana Díaz o no ha pensado las
consecuencias de las elecciones anticipadas o esta muy segura de sacar mayoría
absoluta para darle en los morros a Pedro Sánchez. Pero si no logra ese
objetivo, la situación de inestabilidad política que va a someter a la ciudadanía
andaluza es inaceptable y sin duda puede tener un alto coste electoral para el
PSOE dentro y fuera de Andalucía.
Y
una ultima reflexión. Da la impresión que algun@s en la dirección del PSOE no
han asumido la nueva realidad política que se esta configurando en nuestro país,
en la que el PSOE, si quiere gobernar, lo va a tener que hacer en coalición y
para ello hay que dejar la prepotencia y empezar a tejer vínculos con las
fuerzas mas próximas, incluido PODEMOS, salvo que quiera ir a una coalición con
el PP y terminar como el PASOK en Grecia.
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