lunes, 14 de diciembre de 2015

CONTRA EL CAMBIO CLIMATICO: TRAS EL ACUERDO DE PARIS, AHORA NOS TOCA A NOSOTR@S


Pocas veces se ha logrado un acuerdo mundial tan amplio como el conseguido en Paris contra el cambio climático. Su importancia no se basa solo en esa casi absoluta unanimidad internacional, sino también en la superación de los precedentes fallidos, que hacían temer que la Cumbre de Paris se quedaría en una mera declaración de buenas intenciones.

Es muy posible que a mucha gente les parezca un Acuerdo limitado, insuficiente para los grandes y urgentes retos que habría que abordar. Sin embargo poner de acuerdo en unos objetivos comunes básicos a naciones con intereses tan contradictorios como China, Estados Unidos, los países emergentes o en desarrollo del Tercer Mundo o la Unión Europea, ha sido una tarea compleja y muy difícil, máxime si tenemos en cuenta que hasta hace muy poco la mayoría de los gobiernos de los países mas contaminantes no tenían el menor interés en avanzar en la lucha contra el cambio climático.

Por ello merece la pena resaltar el papel de Barak Obama, que a pesar de tener una mayoría en el Congreso y en el Senado hostil o desinteresada con el cambio climático, ha apostado de manera decidida por el compromiso con la preservación del medio ambiente; demostrando, una vez mas, la gran diferencia entre tener en la Casa Blanca a un presidente como él en lugar de la dinastía Bush y de algunos timoratos demócratas como Clinton.

El Acuerdo de Paris tiene más valor si cabe, dado el muy limitado nivel de movilización social que hay en el conjunto de los estados del planeta. Los movimientos ecologistas, los partidos verdes, organizaciones como Greenpeace, etc.  son lamentablemente una minoría, circunscrita casi a los estados del centro y norte de Europa y poco más. En el Parlamento Europeo, los Verdes en su doble composición más centrista y más progresista no llegan a 100 diputados de los 751.

El ejemplo de nuestro país es bien elocuente. Tras 38 años de democracia, los Verdes no han tenido presencia en las Cortes españolas, salvo de manera testimonial a través de “Iniciativa per Catalunya-Verds” y “Compromis-Equo”. Es verdad que en España, al igual que en otros muchos países, hoy día el conjunto de las fuerzas progresistas, incluidos los sindicatos, han asumido muchos de los valores y objetivos ecologistas y de defensa del medio ambiente, lo que quizás no convierta en una necesidad tan perentoria la configuración de partidos verdes, como sucedió en el centro y norte de Europa hace 3 o 4 décadas. También es cierto que en nuestro país la ciudadanía poco a poco va interiorizando comportamientos cada mas respetuosos con objetivos de preservación medio ambiental, pero aun y así la lucha contra el cambio climático sigue siendo muy minoritaria entre nosotros, como quedó de relieve en las manifestaciones, mas bien modestas, que recorrieron nuestras ciudades hace unas semanas.

Los gobiernos han dado un paso muy importante, aunque sujeto a interrogantes en la intensidad y velocidad de su puntual cumplimiento. Ahora nos toca a tod@s nosotr@s movilizarnos en nuestros países y a nivel internacional.

Hay serios riesgos de que las elecciones en Estados Unidos o el perceptible giro a la derecha en países de Europa y no digamos en America del Sur, unido a las presiones de los poderosos intereses mercantiles de la industria contaminante, de las multinacionales del petróleo o las proveedoras de la energía contaminante,  consigan una ralentización del cumplimiento de los Acuerdos de Paris.

Tendremos que apoyar a organizaciones que trabajan incansablemente por la defensa del medio ambiente, como Greenpeace y desde luego exigir al nuevo gobierno que salga de las urnas el 20-D, un plan concreto y claro de cumplimiento del Acuerdo de Paris.


Insisto, ahora nos toca a tod@s nosotr@s mantener viva y activa la lucha contra el cambio climático.

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