En la última semana de septiembre del
año 2013, CCOO hizo pública su propuesta de una Renta Minima Garantizada para
quienes no tuvieran ingresos propios ni prestaciones públicas. La
iniciativa pretendía dar respuesta a un
grave vacío de protección social para las personas en situación o en riesgo de
pobreza, que se iban incrementando como resultado de la larga y profunda crisis
económica. El sindicato presentó una propuesta a financiar por el Estado, en el
ámbito del Sistema de Seguridad Social, complementaria de las muy insuficientes
Rentas Mínimas de las Comunidades Autónomas y delegando la gestión en los
propios gobiernos autonómicos.
La iniciativa de CCOO obtuvo la callada
por respuesta por parte del Gobierno y en general de las fuerzas políticas,
salvo IU, que poco después impulsó una iniciativa parlamentaria con un cierto
parecido. Tan solo apoyaron al sindicato entidades como Caritas, Cruz Roja, la
Red Española contra la pobreza (EAPN) o UNICEF.
Afortunadamente hace unos pocos meses,
UGT se sumó a la idea y los dos sindicatos reformularon la propuesta inicial,
ampliaron sus objetivos de cobertura y elevaron sustancialmente el coste de la
misma. Ante el reiterado silencio del gobierno, decidieron presentar una
Iniciativa Popular Legislativa y en estos momentos están recogiendo miles de
firmas para hacerla posible.
Por su parte PODEMOS, en su corta vida política,
ha hecho diversas propuestas, que han oscilado entre la Renta Minima de Inserción
y la Renta de Ciudadanía, aunque preocupados por la inviabilidad gestora, loa costes
desorbitados y los efectos dudosamente redistributivos de esta ultima, parece que la han abandonado
implícitamente y se han aproximado a la iniciativa sindical.
Por ultimo el PSOE acaba de presentar su
propuesta, que aunque todavía con ciertas imprecisiones, se aproxima bastante a
la original de CCOO. Para reforzar el compromiso político con esta iniciativa,
Pedro Sánchez, secretario general del PSOE, ha escrito un importante artículo
en El País, argumentando su propuesta. Es la primera vez en la historia de
nuestra democracia que el máximo responsable de los socialistas adquiere un
compromiso tan claro y tan firme con una iniciativa de política social en la
lucha contra la pobreza y la exclusión social.
Por ello hay que saludar sin ninguna reticencia
este decisivo compromiso del principal partido de la izquierda de nuestro país. Eso sí, debemos tomar muy buena nota, recordárselo
en la próxima campaña electoral para que
ocupe un lugar preeminente del programa electoral y sobre todo si consiguen
gobernar, en solitario o en una coalición progresista como será lo más probable
y deseable, lo cumplan sin retraso y sin recortes.
Todavía algunos recordamos la
frustración de lo ocurrido con la Ley de Atención a la Dependencia aprobada en
la primera legislatura de Rodríguez Zapatero. Por cierto también una iniciativa
puesta a rodar en solitario por CCOO en el año 2000 y después asumida por todos
el arco parlamentario en el año 2006, menos los nacionalistas de derechas.
(Para que luego haya quienes se preguntan por la utilidad del sindicalismo de
clase).
Como todos recordamos, el gobierno de
Zapatero aprobó la ley, un avance de indudable importancia, pero sin incluirla
en el ámbito de la Seguridad Social para blindar las tentaciones de recorte o
inadecuada aplicación por los gobiernos autonómicos., como ha ocurrido desde el
año 2011. La ley tenía algunas imprecisiones u carencias que ni CCOO ni IU
consiguieron evitar en la negociación previa y en la tramitación de la misma y
sobre todo adolecía de una notabilísima
insuficiencia presupuestaria.
Quienes apostamos por la consolidación y
mejora de nuestro Estado de Bienestar Social, todavía con evidentes
limitaciones, no quisiéramos que con el Sistema de Rentas Mínimas se volviera a
repetir lo ocurrido con la Ley de Dependencia. Nos gustaría que en España no
suceda otra vez que el ala centrista de los socialistas, que suele copar los
gobiernos y sobre todo los ministerios económicos,
prevalezca sobre el ala de izquierdas. Queremos que el compromiso avalado por
Pedro Sánchez no se lo lleve el viento.
Una de las prioridades básicas de una superación
de los efectos más dramáticos de la crisis debe ser la reducción sustancial de
la pobreza y de los riesgos de pobreza. Para ello un sistema de Rentas Mínimas
Garantizadas en toda España, es un instrumento fundamental, aunque desde luego
no el único.
No le va a ser fácil a Pedro Sánchez
lograr los 6.500 millones de euros anuales, que según sus cálculos son
necesarios. Pero al menos los socialistas saben que contaran con el apoyo de
los sindicatos y de las otras fuerzas de izquierda para contrarrestar las
fuertes presiones que sin duda recibiría para que el próximo gobierno de España
siga reduciendo el déficit de manera rápida a costa del gasto social.
700.000 familias sin recursos no pueden
seguir esperando indefinidamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario