Las izquierdas de nuestro país, a
diferencia de lo que ocurre en el ámbito municipal, no han querido, sabido o
podido colaborar en el poder autonómico, salvo muy contadas experiencias. Incluso
cuando lo han hecho, por lo general han terminado embroncados y renegando de la
experiencia de coalición. Sin duda la desigual fuerza parlamentaria entre ellas,
ha sido un factor de dificultad a la hora de establecer una sólida confianza y
leal colaboración.
Las cosas han cambiado, aun no sabemos
si de forma definitiva, y la mayor pluralidad de la izquierda y un cierto
reequilibrio de fuerzas, puede dar paso a unas nuevas formas de relación mas
estables, abandonando en unos casos actitudes de prepotencia, como ha sido
bastante habitual entre los socialistas, y en otros la actitud de sistemático
complejo de haberse “institucionalizado”.
Tras las elecciones del 24 de mayo, han surgido al menos tres
escenarios interesantes y positivos en el ámbito autonómico: la Comunidad
Valenciana, las Islas Baleares, y
Navarra, los tres con unas características diferentes.
En Navarra va a tener lugar una
experiencia nueva de coalición entre la socialdemocracia de perfil abertzale de
Geroa Bai, la izquierda alternativa vinculada a IU y la izquierda puramente
abertzale de Bildu. De este pacto se autoexcluido el PSOE, agarrotado aun por
el pasado de persecución a sus militantes en el País Vasco y Navarra y por el
temor a las criticas que la derecha les haría de forma despiadada y sus efectos
en el conjunto de España. Podemos, aunque ha apoyado el acuerdo, no se ha
decidido a entrar en el gobierno.
En otro sentido, es presumible que IU se
sienta, por fin, cómoda en un gobierno progresista y cuenta para ello con un
excelente representante en el nuevo gobierno de Navarra como vicepresidente de políticas
sociales, el prestigioso catedrático Miguel Laparra.
La experiencia de la Comunidad
Valenciana con el gobierno de coalición entre el PSPV (PSOE) y Compromis,
resulta un cambio de actitud muy positivo por parte de los socialistas. Por
primera vez en la historia de la democracia, el PSOE ha aceptado un gobierno autonómico
prácticamente igualado, aunque haya sido forzado por la correlación de fuerzas.
El socialista Ximo Puig, presidente del gobierno, ha demostrado cintura
negociadora y ahora va a tener que aprender a compartir las políticas y hacer
un permanente esfuerzo de dialogo leal, algo que no ha sido frecuente entre muchos socialistas.
Para empezar el PSPV ha asumido toda una serie de iniciativas de acentuado
carácter progresista, a propuesta de Compromis.
A su vez, Compromis ( con una parte
de su militancia procedente, o mejor
dicho, echados de IU y otra con origen en el nacionalismo de izquierdas), ha
superado los arraigados prejuicios de la izquierda alternativa de colaborar con
el PSOE, ha rebajado sus pretensiones
iniciales de ostentar la presidencia, y han acordado un programa que aúna las
mejores tradiciones socialdemócratas con las innovadoras reivindicaciones de la
nueva izquierda ecosocialista.
La experiencia del gobierno valenciano
de coalición, que tendra que remontar la pesadísima losa que les ha dejado 20
años de gobierno del PP mas corrupto, debería ser un importante referente para
toda la izquierda de España y marcar un camino para un deseable gobierno de
amplia coalición progresista tras las próximas elecciones generales. De ahí la
importancia de que su gestión sea un modelo de transparencia, eficacia,
solidaridad, progreso y lucha implacable
contra las profundas capas de fraude, economía sumergida y corrupción
que asolan la Comunidad Valenciana.
Debemos desear el máximo éxito a Ximo Puig y a Mónica Oltra.
Por ultimo, esta el gobierno de
coalición de las Islas Baleares, entre el PSOE y MES, una organización de
izquierdas de origen muy plural, con bastante similitud con Compromis. Aunque
en el gobierno el predominio de los socialistas es evidente, el programa también
es un claro giro a la izquierda para el PSOE. En Baleares ya ha habido
experiencias de coalición de izquierdas, aunque no les sacaron todo el potencial
posible; esperemos que en esta ocasión los resultados sean de mayor calado, aunque
al igual que sucedió en el pasado, van a contar con la dura oposición de los
fuertes intereses económicos de quienes consideran las Baleares un complejo turístico
propio.
Este nuevo panorama de más y mejor
colaboración entre la izquierda, ha tenido otros aspectos positivos, como el
apoyo de IU de Asturias a la investidura del candidato socialista, apoyo
decidido por referéndum de la militancia (¡que diferencia con la vergonzosa
actitud adoptada en Extremadura en el año 2011!). O el apoyo de Podemos también a los candidatos
socialistas en Castilla La Mancha, Aragón
y Extremadura, que muestran un notable cambio de actitud de la
organización de Pablo Iglesias, que ojala se consolide y amplíe en el futuro.
Confiemos en que esta dinámica de
dialogo y colaboración, sean el preámbulo que permita un gobierno de amplia
coalición progresista, tras las próximas elecciones generales.
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