Si todos los que han dicho que el 2 de
julio de 1965 fueron al concierto de The Beatles en la Plaza de Toros de las
Ventas de Madrid, realmente lo hubieran hecho, no habrían cabido ni en el estadio
de futbol del Bernabeu y sin embargo el coso taurino no se llenó. Es algo muy
parecido a los que hoy dicen que en sus años juveniles corrieron delante de la policía
y fueron activos antifranquistas y ojala lo hubieran hecho, porque las cosas
hubieran ido mejor.
Pues yo desgraciadamente no pude ir al
concierto por una razón muy sencilla: no tenía dinero suficiente para pagarme
la entrada. Con casi 16 años, y el sexto de bachillerato terminado, recibía de
paga semanal 25 pesetas. Con ella tenía que ir al cine (a los de barrio a los
que yo iba costaban entre 5 y 10
pesetas), tomarme alguna caña con los amigos el sábado o el domingo, comprarme
las revistas mensuales de música (“Fonorama” y “Discóbolo”) y ahorrar algo para
conseguir de oferta de vez en cuando algún “single” o “ep”. Imposible hacer mas
ahorros para ir al Concierto.
Ya era un incipiente seguidor de los
programas musicales de Ángel Álvarez, “Caravana” y “Vuelo 605” , un absoluto fan de The
Beatles y en general del rock and roll y de la música pop y para mi hubiera
sido algo increíble tener la oportunidad de escucharles en directo. Intenté que
me lo pagaran mis padres, como algo extraordinario. Todos los años al terminar
el curso, como premio a las buenas notas, me hacían un regalo; de pequeño
juguetes, novelas o cómics de Tintín, de más mayor, discos. En sexto ¡y
revalida! de nuevo saque muy buenas notas, con matriculas, diploma y medalla de
honor. Así que les pedí ese regalo. Me dijeron que otra cosa, que eso, no.
Mi padre, que en cuestiones de costumbres
era bastante liberal para lo habitual en la época, estaba molesto conmigo
porque ya en el Colegio me habían llamado seriamente la atención y se habían
quejado a mi familia por la longitud de mi pelo beatleliano, algo
insignificante para las melenas que llegaron despues. Tengo muy buenos
recuerdos del Colegio y en general de casi todos los curas y profesores con los
que me llevaba razonablemente bien y era un Colegio bastante tolerante, pero en
este tema de los pelos, no sé porque razón, estaban muy intransigentes, a pesar
de que de vez en cuando se hacían conciertos de rock, con permiso para que
pudieran ir chicas de los colegios vecinos, algo inusual en aquel entonces.
Incluso el profesor de Historia del Arte, el Padre de Miguel, nos dijo en clase
que en el futuro las canciones de The Beatles tendrían parecida importancia a
Beethoven o Mozart, bueno era un cura muy muy especial al que todos adorábamos
y del que 50 años después nos seguimos acordando con cariño.
A lo que iba, mi padre que me había
obligado a recortar algo el pelo, no quería fomentar mis veleidades
beatlelianas, a pesar de que fue él quien primero me compró discos de The
Beatles (y de The Rolling Stones!!!) y de vez en cuando le gustaba oírlos.
Mi madre, mucho mas consentidora, como
la mayoría de las madres, me dijo que le daba mucho miedo “que hubiera jaleos
en el concierto y que me pasara algo”, por lo que sintiéndolo mucho tampoco me
iba a pagar la asistencia. Hay que decir en su descargo que vivíamos en la
Moncloa y que en ese curso había habido bastante lío en la Universidad y era
frecuente ver jeeps de la policía en las cercanías de casa, creando un
desasosiego en muchas familias. Y para colmo la prensa mas conservadora (y toda
lo era) llevaba unos días metiéndose con “esos melenudos” y advirtiendo de los
follones que había habido en sus conciertos en otros países y el peligro de que
también los hubiera en Madrid.
En definitiva, me quedé sin concierto.
Tampoco me frustré demasiado. Ninguno de
mis amigos pudo asistir por razones muy parecidas y de hecho en aquel tiempo no
conocí a nadie que lo hubiera hecho. Ese verano la familia fuimos al sur de
Francia y a Andorra y me compraron, entre otros, dos eps franceses de The
Beatles.
Tuve que esperar ocho años para poder ir
a un gran concierto en Londres para escuchar a Johnny Cash en el verano de 1973
y al festival de rock de Reading unos días antes.
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