En medio de tantas y diversas malas
noticias de las últimas semanas, también hay alguna buena y que no ha tenido el
adecuado relieve en los medios de comunicación, como es el gobierno de
coalición PNV-PSE en el País Vasco. Aunque algunos lo han recibido con
reticencias más o menos explicitas, se mire por donde se mire es un acuerdo
enormemente positivo y que refleja la madurez y sensatez de las dos fuerzas políticas
que lo han firmado, el nacionalismo moderado y los socialistas vascos.
Tal y como están la situación política
en Cataluña y el inmovilismo del gobierno del PP, lo único que nos faltaba es
que en el País Vasco se provocara una escalada de conflictividad política
similar. Afortunadamente se ha evitado.
Algunos podrán pensar que no había más
remedio que el pacto PNV-PSE. Pero no es cierto. Iñigo Urkullu podía haber
buscado un apoyo externo o de gobierno con
Bildu, desde luego nada fácil de conseguir y de mantener, pero ese fue
el camino que siguió el nacionalismo burgués catalán de Convergencia y por el
momento ahí están gobernando con el respaldo de la CUP, que tiene aspectos muy
similares a Bildu. También podrían haber apañado un acuerdo puntual de
investidura (mas fácil de conseguir con la legislación vasca que con la
catalana y española) y después gobernar con acuerdos puntuales con unos o con
otros, incluidos el PP y Podemos.
La opción de Urkullu desde el primer
momento ha sido el pacto con los socialistas, lo que dice mucho de su
inteligencia política y su perfil moderado. Este acuerdo de gobierno conlleva
la vía constitucional para profundizar en la autonomía vasca, con la posible
reforma del Estatuto de Gernika y de la propia Constitución española. Por
supuesto que el PNV no renuncia a su carácter nacionalista y a su objetivo
final de avanzar hacia la independencia, no son autonomistas (al menos la
mayoría de ellos), son nacionalistas. Pero no es lo mismo asumir la vía
constitucional que saltársela como ha hecho el nacionalismo catalán.
El PNV sin duda corre riesgos con este
gobierno de coalición, ya que si no obtiene en la presente legislatura algunos
resultados positivos en la profundización autonómica, Bildu podría rentabilizar
el descontento que se pudiera generar en sectores de votantes del PNV. Riesgos
que se acrecientan teniendo al PP en el gobierno de España. Pero Urkullu cuenta
con la madurez y sensatez política de sus socios de gobierno, como bien lo
demostraron en los años 80 y 90 con los anteriores gobiernos de coalición con
Ardanza (1986-1998), que aunque terminaron de forma un tanto abrupta (cuando en
ambos partidos se impusieron los sectores mas radicales, Ibarretxe y Redondo
Terreros), permitió los más importantes avances sociales y de modernización del
País Vasco.
Urkullu ha señalado que su máxima
prioridad es el empleo y la consolidación de la recuperación económica del País
Vasco; con ello el lendakari demuestra que ante todo piensa en la ciudadanía,
de nuevo nada que ver con el gobierno de los nacionalistas catalanes, sumido
entre promesas idílicas y practicas neoliberales.
Las propias declaraciones de Urkullu
reconociendo que “en un mundo globalizado la independencia es prácticamente
imposible”, aun siendo una obviedad, es muy duro asumirlo así para un político
nacionalista.
El acuerdo es un modelo de inteligencia política.
Concreta las medidas económicas, sociales, administrativas, políticas, etc. que
piensa afrontar el gobierno de coalición y deja a la libertad de ambas partes
las cuestiones de carácter identitario, donde es evidente que los dos partidos
tienen posiciones diferentes.
Para el PSE-PSOE lograr este pacto en
medio de la gravísima crisis que viven los socialistas españoles, demuestra en
primer lugar que a pesar de los pesares, los socialistas y desde luego los
vascos, acumulan una intensa experiencia política y que están muy lejos de
tener el encefalograma plano, no en balde algunos de los mas sólidos políticos
del PSOE, se compartan o no sus posiciones, han sido o son vascos.
Los socialistas vascos han sido
responsables, inteligentes y sobre todo audaces. Muchos de ellos, de la
anterior generación, salieron mas o menos escaldados de la experiencia de los gobiernos
de coalición con el PNV, ya que a pesar de que gracias a ellos salieron
adelante, como ya he indicado, medidas claramente positivas, como p.e. el
desarrollo del modélico Sistema de Salud o la Rentas de Inserción, sin embargo
fueron capitalizadas en buena medida por los nacionalistas.
Ese riesgo puede repetirse, dada la
presencia bastante minoritaria en el conjunto del nuevo gobierno, 3 consejerias
de 10. Pero los socialistas han preferido afrontarlo, ante un riesgo aun mucho
mayor como hubiera sido un gobierno estrictamente nacionalista que seguramente
se hubiera escorado a actitudes de independentismo conflictivo.
Por ello los socialistas vascos tienen
que conseguir en el gobierno claros avances sociales y en materia de empleo,
que les permitan resistir las criticas que van a sufrir desde PODEMOS e ir
recuperando una parte del espacio que han perdido en la sociedad vasca en los últimos
años.
Ahora están por ver las relaciones entre
el nuevo gobierno de coalición y el gobierno de Rajoy, que no estará
especialmente interesado en facilitar las cosas. La reforma del Estatuto de
Gernika, la terminacion de la Y Vasca del AVE, la flexibilización de la política
penitenciaria y por supuesto determinadas reformas en nuestra Constitución, son
cuestiones esenciales que exigen un amplio consenso político.
El gobierno vasco puede y debe encontrar
importantes aliados en el Congreso de los Diputados, en primer lugar en el
grupo socialista y en segundo lugar en PODEMOS y sus aliados, sin descartar
llegar a algún acuerdo puntual con Ciudadanos y con el PP.
Que se consolide y tenga éxito el
gobierno de coalición vasco yo me atrevería a decir que es una Cuestión de
Estado, nos interesa a todos y puede ser un factor positivo para reconducir la situación
en Cataluña. El PNV y el PSE han hecho un buen trabajo, ahora nos toca a los demás
apoyar para que dé todos sus frutos.
Un ultimo apunte, buena parte del logro de este acuerdo hay que atribuirselo a la Secretaria General de los socialistas vascas, una valiosa dirigente política cuya trayectoria habrá que seguir con interés.
Un ultimo apunte, buena parte del logro de este acuerdo hay que atribuirselo a la Secretaria General de los socialistas vascas, una valiosa dirigente política cuya trayectoria habrá que seguir con interés.
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