Lo advierto desde ya: no soy objetivo
con los Rolling Stones. De los tres primeros eps que me compró mi padre en 1964
de música rock, uno era de ellos (Carol/Tell me/Now i got a witness/I´m king
bee). Una de las experiencias más exultantes de mi vida fue asistir a su
concierto en el estadio Calderón el 7 de julio de 1982. Sus primeros discos fueron sensacionales y
“Aftermath” uno de los 10 mejores de la década de los 60.
Ahora convertidos en cuarteto, con 69
años Ronnie Wood, 73 Mike Jagger y Keith Richards y 75 Charlie Watts, lanzan un
potentísimo disco de blues rock.
Después de haberlo saboreado tengo dos
sentimientos contradictorios.
Por una parte, reconocer, por enésima
vez, lo buenos que fueron los bluesman de los años 40, 50 y 60. Aunque a veces se
copiaban unos a otros, con versiones que cambiaban algunas estrofas o melodías,
y a menudo se apropiaban de viejas canciones de los trabajadores negros de las
plantaciones del sur o de las fábricas del norte, o adaptaban canciones
religiosas, su producción artística fue extraordinaria. Escuchar los viejos
discos de todos ellos, afortunadamente recuperados en cds, bastantes de ellos
remasterizados y casi todos disponibles en la red, resulta una delicia muy
recomendable.
No es de extrañar que las grandes figuras
de los primeros años del rock and roll norteamericano incluyeran los blues
como parte esencial de su repertorio. Lo que también hicieron algunos años después
los grupos británicos, empezando por John Mayall, los Rolling, los Animals, los
Yardbirds, los Manfred Mann, los Spencer Davis Group e incluso los mismísimos
Beatles (que algún blues cantaron, eso sí en versión algo dulcificada).
Pero en definitiva así como hay quien
dice que nadie canta Dylan como Dylan, tendríamos que admitir que nadie canta y
toca blues como los clásicos bluesman.
El segundo sentimiento es aplaudir el
valor que le han echado Mike, Keith, Charlie y Ronnie, para sacar a estas
alturas de su larguísima trayectoria musical un disco exclusivamente de
versiones de blues, mas aun cuando se trata de canciones muy poco conocidas y
no especialmente comerciales. Es como si hubieran dicho “y ahora hacemos este
disco porque nos apetece demostrar que todavía podemos y sabemos hacer blues”.
Era un riesgo meterse en esta aventura. No es un disco fácil, ni pegadizo, que
puede sufrir odiosas comparaciones no
ya con las versiones de los bluesman originales, sino incluso con los blues que
grabaron en sus primeros años los propios Rolling. Podían tener malas ventas y
malas críticas (y algunas de estas críticas feroces ya se han producido,
incluso en nuestro país). Pero los Rolling, como Bob Dylan (cuando versionea a
Sinatra o canta villancicos), ya no tienen que demostrar nada y hacen muy bien
en grabar lo que les pida el cuerpo.
Dicho todo esto ¿cómo es el disco? En mi
opinión es un disco apabullante, de sonido sólido, no en balde el productor es
el muy curtido Don Was. El mejor que han grabado en los ultimos 35 años. Es un
disco corto, tan solo 12 canciones y 42 minutos y medio. Con un claro protagonismo
de Mick Jagger, única voz y armónica, pero con unas magnificas guitarras de
Wood y Richards que junto a la batería de Watts ofrecen ese acompañamiento
poderoso, que en ningún momento pierde fuerza.
El repertorio es de grandes músicos, no
todos muy conocidos fuera de los ámbitos amantes del blues: Little Walter,
Willie Dixon, Memphis Slim, Howlin Wolf, Buddy Johnson, Eddie Taylor, Jimmy
Reed, Magic Sam…, pero como ya he indicado no se trata de standars o canciones
conocidas. Jagger y los suyos han preferido buscar sustancia antes que caminos
trillados.
Y también hay que decir que los cuatro
Rolling han contado con la ayuda de buenos y veteranos músicos de estudio como
Darryl Jones al bajo, Chuck Lewell a los teclados, M. Clifford a los teclados,
Jim Keltner a la batería y…..la guitarra de Eric Clapton en dos canciones.
Ya veremos que resultados de ventas
tienen, pero estoy convencido de que muchísimos seguidores de los Rolling estarán
entusiasmados con este discazo, sobre todo cuando las grabaciones del grupo en
lo que llevamos de siglo XXI no han sido precisamente brillantes.
¡Enhorabuena
Mick, Keith, Charlie y Ronnie! ¡Estais en plena forma!
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