Toda opción política es respetable en un
país democrático como el nuestro. España se ha ido transformando en una
sociedad muy diversa social, económica, cultural, demográfica y
territorialmente. Esa complejidad es lógico que se traduzca en un amplio pluralismo
político y en consecuencia en la necesidad de pactar, en un primer momento para
conseguir formar gobierno y después para ir aprobando las leyes de mayor
importancia.
La derecha ha tenido la oportunidad
durante una legislatura con mayoría absoluta y sin ningún tipo de cortapisas
legales; además ha contado con sólidas mayorías en buena parte de las
Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos. Los resultados son más que
conocidos: la mayoría de la población está peor que en el año 2011 y una parte
significativa está mucho peor, algo que corrobora Caritas, una entidad nada
sospechosa de ser de izquierdas. Además, problemas estructurales de España se
han ido agravando y el deterioro de la política por las diversas formas de
corrupción es más que preocupante.
En la propia derecha ha surgido una
profunda discrepancia, dando lugar al surgimiento de Ciudadanos, con un
programa que en numerosos aspectos nada tiene que ver con las políticas
seguidas por el PP y en algunos temas incluso se acercan a propuestas
tradicionalmente progresistas.
Sin embargo entre los que no queremos
seguir con más de lo mismo hay dudas, miedo y hasta una inexplicable tentación
a la abstención o al voto en blanco o nulo. Es cierto que ninguna opción
progresista es la perfección, ya se lo dijeron a Jack Lemmon en las escenas
finales de “Con faldas y a lo loco”: “nadie es perfecto”.
El gran ascenso de UNIDOS PODEMOS ha
provocado reacciones muy duras en las demás fuerzas políticas. Esperable en el
PP, no tanto en Ciudadanos y sobre todo es
incomprensible la intensa agresividad por parte de algunos dirigentes
socialistas. Aparte de un anticomunismo primario, una persona de izquierdas no
puede meter miedo a la ciudadanía sobre las repercusiones de la presencia de Unidos Podemos en un futuro
gobierno.
Hace tan solo dos años, siendo militante
de IU, señalé numerosas discrepancias con lo que proponía PODEMOS en su
programa electoral europeo y en ningún momento se me ocurrió votarles. Esa
diferencias se mantuvieron aunque bastante mas atenuadas en las elecciones
locales municipales y autonómicas. Sin desaparecer totalmente pasaron a un
segundo plano en las elecciones del 20D, por lo que les voté sin ningún tipo de
reticencia.
Es verdad que dirigentes de PODEMOS han
sido también muy duros con los socialistas. Pero han cambiado.
La evolución política de PODEMOS es una
plena garantía de gobernabilidad. Y para quienes se escandalizan de esa evolución
habría que preguntarles si sus partidos
no lo han hecho. ¿O es que nos hemos olvidado del izquierdismo de Felipe y
Guerra en los primeros tiempos de la
transición?, por no hablar de que el primer presidente del gobierno del PP no
votó la Constitución democrática o los ribetes reaccionarios de los primeros
tiempos de Ciudadanos.
Y tenemos ejemplos de buena gobernación en
ayuntamientos como el de Valencia o el de Madrid. A pesar de meteduras de pata,
rebobines, deficiente comunicación e información a la opinión pública, etc., en escasos doce meses han hecho una gestión
razonable, más aun teniendo en cuenta en qué condiciones recibieron los
ayuntamientos. Incluso si algo se les puede reprochar es el exceso de cautela y
el haber sido muy respetuosos, manteniendo en niveles intermedios a muchísimos
responsables del PP.
Es evidente que no es lo mismo gobernar
una gran ciudad que el estado. Pero sin duda será mucho mejor ministro Iñigo
Errejon que Fernández Díaz, Nacho Álvarez que Cristóbal Montoro, Garzón que Ana
Pastor, Carolina Bescansa que Soraya, o el general Rodríguez, con un impecable
historial militar, frente a lo que supone el actual Ministro Morenes.
Además la combinación UNIDOS PODEMOS y
el PSOE es perfecta. La experiencia, los cuadros dirigentes, las relaciones
institucionales, económicas y sociales de los socialistas, sumado al empuje,
claridad de ideas, decisión, valentía y voluntad transformadora de Unidos
Podemos, es un tándem magnifico. Así se evitarán los dos grandes riesgos que
estos dos partidos tendrían por separado, la tradicional tendencia de los
dirigentes socialistas de descafeinar e incluso olvidar sus programas una vez
llegados al gobierno, y la inexperiencia y excesivo voluntarismo que podrían
tener algunos dirigentes de Unidos Podemos.
Hay otra importante razón para apostar
sin miedo por el gobierno progresista con fuerte presencia de Unidos Podemos.
Ya va siendo hora del relevo generacional en el gobierno del país. Y no es solo
una cuestión de edad, porque también hay muchos jóvenes en Ciudadanos y hasta en
el PSOE, es que se necesitan nuevas formas de concebir y realizar la política
que lleguen, interesen y entusiasmen a los menores de 40 años y estas se
encuentran, con mis respetos para el PSOE y Ciudadanos, sobre todo en UNIDOS
PODEMOS.
Un gobierno de coalición Unidos Podemos
y PSOE, a nadie se le oculta que no será nada fácil, tenga o no un cierto apoyo
tácito de Ciudadanos, porque los retos que tiene España no son fáciles, pero
las posibilidades de cambio progresista se irían haciendo realidad
paulatinamente y la inmensa mayoría de nuestro país saldría beneficiada.
Así que nada de miedo ni de vértigo al
cambio, vayamos a votar y demos una oportunidad a UNIDOS PODEMOS.
Me da tanto miedo estas cosas ,que lo que menos necesito en mi vida es un cambio ,aunque sea político ,estas personas de podemos ,me fallan en algo aún no se lo que es pero no me fío ,un saludo
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