Ni en mis mejores sueños adolescentes,
cuando esperaba que en España se publicara el single de Bob Dylan “Like a
Rolling stone”, imaginé que un día, 50 años después, iba a tener ocasión de
disfrutar con nada menos que 20 versiones de esta emblemática y maravillosa
canción, una detrás de otra, la totalidad de las mismas tal y como las escucharon
y disfrutaron en los estudios de la discográfica Columbia Records, los músicos,
técnicos, productores y amigos de Bob que asistieron a su grabación.
Dylan solo vive para su música y es sin
duda el artista que más ha exprimido sus grabaciones, poniendo a disposición
del público, y muy en especial de sus fieles seguidores una colección de
discos, “The Bootleg Series”, en las que se han ido recogiendo numerosas
grabaciones de la década de los 60 no incluidas en su discografía oficial, incluyendo
conciertos que circulaban en pésimas ediciones piratas, versiones diferentes o
canciones nunca interpretadas por él. Ahora se acaba de publicar el número 12
de la colección con el título “The Cutting Edge”.
Se puede decir que en esta ocasión Dylan
ha tirado la casa por la venta y a sus seguidores con ella. Nunca se ha visto,
y es difícil que se vuelva a ver, la oferta de las sesiones completas de
grabación de tres discos que en progresivo ascenso cambiaron la trayectoria de
la música juvenil en el siglo XX: ”Bringing it all back home”, “Highway 61
Revisited” y “Blonde on Blonde”, que ahora se presentan en un box con nada
menos que 18 cds.
Si Dylan ha tirado la casa por la ventana,
su discográfica, hoy “Sony”, ha hecho una apuesta asombrosa con esa edición,
que cuesta en torno a 600 euros, de la que solo se han prensado 5.000
ejemplares (no sabemos si después harán más), que solo se pueden adquirir en la
pagina web de Dylan.
Pero Dylan y Sony son “compasivos” y han
puesto a la venta una selección de 6 cds titulada “Deluxe Edition”, que cuesta
en torno a 125 euros y una tercera oferta titulada “The Best of Bootleg Series
n.12”, que es tan solo un cd doble.
Muchos se preguntaran ¿merece la pena
tal exceso? ¿O es una mera operación comercial para sacar dinero al personal,
algo a lo que nos tiene muy acostumbrados la industria discográfica? Mi
respuesta es afirmativa a las dos preguntas. Pero insisto, sin duda merece la
pena, y aunque reconozco que desde los 16 años soy un fanático de Dylan,
haciendo un esfuerzo de rigor critico y tras haberlo escuchado, resumo mi
impresión en que es “fascinante”. Incluso las 24, sí 24, versiones seguidas de “Sooner
or later, one of us must know”.
La explicación es bastante sencilla. Dylan
alcanzó la cumbre de su creatividad y de su capacidad revolucionaria, tanto en
lo que se refiere a la música como a la letra, en los citados tres lps grabados
en apenas 14 meses, entre enero de 1965 y marzo de 1966, que por cierto dejaron
sin aliento a The Beatles, igualmente en plena cima de su arte en aquellos
mismos momentos. Pero además Dylan en estos tres discos se rodeó de algunos de
los mejor músicos de la historia del folk rock y del country rock, de los que
solo citare (porque la lista es amplia) a Al Kooper, a Michael Bloomfield y a
los que muy pronto formando el grupo “The Band” se convertirían en uno de los conjuntos
punteros del nuevo folkrock norteamericano y precursores de lo que después se
ha llamado estilo “Americana”.
Con esos formidables acompañantes todas
las versiones resultan magnificas, un sonido potente, brillante, y además cada
versión tiene su diversidad, ya sabemos lo que le gusta a Dylan recrear
continuamente sus canciones. Es cierto que hay tomas incompletas, versiones
exclusivamente instrumentales, hay
interrupciones, comentarios, insertos de melodías navideñas y hasta toses y risas. Pero la calidad en ningún momento
decae y el sonido es magnifico.
Y por supuesto hay canciones no
incluidas en aquellos tres discos,
aunque hubieran aparecido en diversas versiones en otros cds de anteriores
entregas de la colección “The Bootleg Series”.
Este box de 18 cds con 379 canciones, resulta
fascinante por su contenido en sí y
porque es un documento cultural de primer orden el poder conocer el proceso de
elaboración sucesiva de lo que muchos consideran la música popular más
innovadora del siglo XX y es muy posible que cuando en un futuro se quiera
profundizar en lo que supuso la irrupción y evolución del rock, se acudirá a la
escucha de estos 18 cds, como testimonio impagable.
Después de este impresionante “tour de
force”, no sabemos lo que nos deparara Dylan, que con más de 74 años sigue en
plena actividad, pero “The Cutting Edge”, podría ser un magnifico broche de oro
para una trayectoria inigualable.
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